Barcelona
Somontano: laberinto de roca agua y vino
El verde y el dorado de las viñas se mezclan con el sonido del río Vero a su paso por la comarca de Somontano. En este enclave único a los pies del Pirineo, todavía es posible retroceder en el tiempo mientras se recorren las callejuelas de pueblos como Alquézar, al mmismo tiempo que se viaja al futuro al adentrarse en bodegas de vanguardia
Amitad de camino entre el centro de la península y los Pirineos nos topamos con una comarca desconocida, pero muy sugerente. En Somontano, en la provincia de Huesca, el marrón y el verde de las viñas tiñen el paisaje y las leyendas que han cambiado la historia de la zona recubren cada rincón de la región. Aunque su mejor tesoro es la calidad de sus vinos. No en vano nos encontramos en una de las rutas del vino más potentes de todo el territorio nacional, gracias a una oferta vinícola, culural y de aventura que deja con buen sabor de boca a todo el que la recorre.
El olor a vid embriaga el sentido del olfato en cuanto pisamos la comarca. Tras dejar las maletas en Barbastro, una ciudad moderna y dinámica, merece la pena visitar el complejo de San Julián y Santa Lucía de Barbastro. En él se encuentran el antiguo hospital y la iglesia renacentista de San Julián, además de la Oficina de Turismo de Barbastro, el Centro de Interpretación del Somontano y el Espacio del Vino de la Denominación de Origen, donde resulta obligado hacer nuestra primera cata. En este complejo, el turismo y el vino maridan a la perfección. Los viajeros puede realizar cursos de cata, paseos en bicicleta o subirse en el bus del vino y conocer cómo se hace este caldo desde que se recoge de la cepa hasta que se sirve en la mesa. Sin duda el monumento más representativo de Barbastro es la Catedral de la Asunción, donde conviven varios estilos y cuyo principal protagonista es su retablo. Pasear por la calle mayor nos conduce a siglos del Renacimiento, mientras que adentrarnos en la plaza del mercado nos acerca a un punto clave para el comercio, en el que cada sábado, hortelanos y comerciantes inundan la plaza con el bullicio y los colores de los productos del Vero.
Tradición y diseño
El mundo del vino es mucho más que un viñedo, y prueba de ello es que la comarca ofrece una apabullante diversidad de bodegas que van desde la más tradicional a la más vanguardista. El lugar de retiro de los monjes benedictinos franceses se ha convertido, tras una profunda recuperación, en una de las bodegas más conocidas de la zona: Blecua. En cambio, Enate combina la naturaleza, la arquitectura y el arte, desde el viñedo, hasta la bodega y pasando por la originalidad de las etiquetas de sus botellas. Por su parte, Lalanne, una bodega familiar fundada en Burdeos, fue una de las primeras en elaborar vino embotellado. Ahora recrea la tradicional bodega francesa y en su inteior se puede respirar la riqueza que ha supuesto para ella el paso de los años.
Como si se tratase de una nave espacial recién llegada de Marte, la bodega Irius es lo último en vanguardia. Su línea elegante y futurista y su espectacular edificio construido en acero y cristal se integran entre el viñedo. La bodega cuenta con los últimos avances tecnológicos, lo que la convierte en una de las más avanzadas del mundo.
Además del turismo enológico, la región ofrece a los viajeros la oportunidad de recorrer las callejuelas de pueblos medievales como Alquézar. Sobre el cañón del río Vero se levanta la villa de Alquézar, un enclave único de salvaje belleza en el que todavía es posible retroceder en el tiempo mientras se cruza la muralla de la Colegiata o se escuchan viejas leyendas de doncellas y reyes moros. Cada una de las casas cuenta con una arquitectura diferente y cruzar el portalón gótico de acceso al pueblo nos deja boquiabiertos, pues su color anaranjado llama la atención a lo lejos. Declarado conjunto histórico artístico, esta villa ofrece la posiblidad de revivir el lejano pasado medieval.
Durante años, las campanas combatieron las heladas, las tormentas o las sequías; pero la campana de la Colegiata de Alquézar también trae rumores de fantasmas, de espíritus y de almas en pena. Aseguran los lugareños que en la noche de los difuntos todavía se escuchan voces desgarradoras procedentes del Vero, en concreto de los soldados musulmanes que huyeron despavoridos tras conocer la muerte de su rey a manos de una joven del pueblo. La leyenda sostiene que un malvado rey moro exigió los favores de la joven más bella del pueblo con amenaza de muerte para sus familiares si no obedecía. La chica, con ayuda de los vecinos, decidió esconder en el interior de sus largos cabellos una daga con la que daría muerte al rey. Al día siguiente accedió a sus maravillosos aposentos y en un momento de soledad le cortó la cabeza y la mostró desde uno de los balcones de la fortaleza a sus vecinos.
Lejos de los mitos, a escasos minutos de Alquézar, la grandiosidad del Parque Natural de la Sierra de Guara ofrece a los más aventureros una oportunidad para deslizarse por la profundidad de sus cañones o realizar rutas de senderismo a lo largo del río Vero, un auténtico paraíso esculpido durante millones de años por el agua, la lluvia y el aire. Y es que todos los elementos naturales convergen en un rincón que encandila al viajero.
>> Cómo llegar. En AVE desde Madrid o Barcelona hasta Huesca o Zaragoza. De marzo a octubre Ruta del Vino Somontano pone a disposición de los viajeros el bus del Somontano, que recoge a los enoturistas en estas estaciones para viajar a la comarca.
>> Dónde alojarse. El hotel San Román de Somontano, un spa de cuatro estrellas en el centro de Barbastro, es ideal.
>> Dónde comer. En el restaurante Casa Pardina (Alquézar) se puede degustar su cocina tradicional mientras se disfruta del entorno. En Barbastro, la Bodega del Vero, una antigua fábrica de chocolate y bodega de vino, ofrece un ambiente íntimo en el que disfrutar de una cocina que se recrea en las mejores materias primas de la zona.
>> Más información.En www.rutaldelvinosomontano.com En el teléfono 974 316 509 y en el correo electrónico info@ruta delvinosomontano.com
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