Europa

La Habana

Educación sexual por Marina CASTAÑO

Educación sexual por Marina CASTAÑO
Educación sexual por Marina CASTAÑOlarazon

Hace años, cuando esta columnista era pequeña, cuando todavía no asomaba siquiera a la adolescencia, hablaba con sus amiguitas de la cigüeña y de si los niños que venían de París, aunque también había versión La Habana. Sí, a mí me decían que venían de La Habana. Será porque soy gallega y Fidel tiene ascendencia lucense, pero creo que esto no tiene nada que ver: mi familia ha sido siempre monárquica y de derechas y a Castro nadie lo tragaba, salvo el recordado y aún añorado Manuel Fraga Iribarne. Pero a lo que íbamos: nuestra información sexual era de transmisión boca a boca y poco más. Bueno, sí, los libros de López Ibor sobre «Vida sexual sana», que nos dejaban boquiabiertas cuando, a escondidas, los cogíamos a los padres de Magui y Tesi, mi casi hermanas. De aquello han pasado ya unos añitos, pero parece ser que poco han cambiado las fuentes de información de los jóvenes: los amigos son los que van destilando datos de cómo despertar a la vida y al sexo según un reciente estudio realizado por una marca de preservativos. Y eso a nivel internacional, no solamente en España o en Europa, porque latinoamericanos, canadienses, australianos y americanos tienen el mismo sistema de enterarse, amén, sin duda, de lo que hoy se aprende en el colegio y por parte de los educadores. También de los padres, sin duda, que abandonaron ya el absurdo tabú de no hablar de «eso», y los niños saben que si mamá está gordita, es porque papá puso su semillita y un bebé está creciendo en su barriga. Pero es curioso que todavía se siga transmitiendo boca a boca lo nuevo que se va averiguando. ¡Qué bonito ser niño! ¡Qué bonitas todas las etapas de la vida!