Valencia
Messi sólo hay uno
El argentino volvió a ser decisivo en una final y acaba la Liga de Campeones como Pichichi con doce goles
LONDRES- La prensa inglesa pedía de forma unánime a Wayne Rooney que fuera «el Messi del Manchester en la final», pero Messi no hay más que uno. El delantero inglés con más pinta de malote inglés cumplió con su gol, aunque fuese en fuera de juego, pero le pusieron el listón demasiado alto. Leo puede hacer eso y mucho más. El argentino del Barça tuvo una noche complicada, pero muy feliz. Entró mucho en contacto con el balón y no hay mejor manera de que disfrute. Es el mejor del mundo y ayer fue el mejor de la final, pese a las patadas de Valencia, el «red devil» que más enfadó a la grada culé por su capacidad para esquivar la amarilla. La apoteosis del «10» barcelonista llegó en el minuto 54. Todo lo demás, antes y después. Antes y después jugó, quebró, amagó, arrancó, se divirtió junto a Xavi e Iniesta... pero apenas tiró a la portería de Van der Sar. Sólo intentaron el disparo Villa y Pedro en el 1-0. Cuando el público empezaba a pedir a sus jugadores que chutaran, que había que marcar porque Rooney había empatado, Messi obedeció. Como si los oyera. Estaba en uno de esos momentos de respiro que se toma él. Daba un paseo cuando le cayó la pelota, encaró la portería y disparó desde fuera del área. El veterano holandés se la tragó. Fue una despedida amarga la del gran portero. Y Messi descargó la rabia que tenía tras marcar con un micrófono que estaba detrás del córner. Acaba la «Champions» como Pichichi, con 12 goles.
Era el 2-1. Antes, Pedro volvió a demostrar que ha nacido para jugar en el Barça. «Si tienes un Pedro en la cantera, lo pones, porque sabe perfectamente lo que tiene que hacer», piensa Rexach. Pedro supo que tenía que darse un esprint de 70 metros para defender una subida de Rafael, y supo después resolver ante Var der Sar. Es el chico de los goles importantes. Marcó en la Supercopa de Europa el único gol, en el Mundial de Clubes, en el Camp Nou este año en semifinales ante el Real Madrid y ayer. Y todo sin hacer apenas ruido.
Un hombre faltaba para completar el «MVP», que en este caso no es el mejor jugador, es la mejor delantera. La M es de Messi. La P, de Pedro. Y la V, de Villa. El «Guaje» ha sabido adaptarse a su papel en el Barça, partiendo desde la izquierda, y ha ligado perfectamente con Messi. Pero el gol le obsesiona. Siempre ha marcado y siempre lo hará. «Vine para jugar partidos como éste», reconoció días antes de la final. Y para marcar en ellos. En los tramos de la temporada en los que no ha tenido puntería, su trabajo lo sustentaba. Pero quiere goles. El de ayer le llenó de felicidad. Puso fin a la función. Con él se cerraba el círculo: el mejor jugador, la mejor delantera y el mejor equipo reinan en Europa. Llevaban tres meses sin marcar en el mismo partido. Se encontraron en el momento justo para conquistar Wembley.
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