Un bazar de creación

Otro año más, la Terraza del Matadero apuesta por un verano en el que el ocio y la cultura se funden en una misma cosa.

Tras el éxito que cosechó en 2011 el mexicano Jerónimo Hagerman, el encargado de sorprendernos este año con una apuesta arquitectónica innovadora –por no decir revolucionaria– ha sido el madrileño Andrés Jaque, que ha apostado por un diseño y una estructura original y funcional, donde lo más importante de todo es el nexo que existe entre el espacio público y la expresión popular.
«El principal objetivo era poner recursos en espacios públicos para que mucha gente realice actividades que no pueda hacerlas en otro sitio, como conciertos, videoproyecciones o teatro», señala Jaque. De este modo, el Matadero se convertirá «en un espacio no sólo de exhibición, sino de participación».

La perla de este verano es el Excaravox; se trata de una estructura construida sobre los sistemas de riego móviles utilizados en las explotaciones agrícolas. «El Excaravox permite programar a la vez todo tipo de actividades, ya que hay un Escaravox Lux–alberga espectáculos audiovisuales y escénicos– y otro Sonum –dedicado al sonido y la música–. Así, la terraza se convertirá en un bazar de creación al servicio de las personas. Además, hay un Escaravox Pópuli, que está abierto a cualquiera que tenga un proyecto artístico y quiera darlo a conocer», explica Jaque.

La programación oficial es muy variada. Todos los viernes se podrá disfrutar de diversas actuaciones, desde De la Purísima con su «A qué suena el cuplé» hasta la «Ghymkana para frustados», donde el fotógrafo David Crespo arbitrará un campo de juego dirigido a la realización de actividades por parte de los asistentes. Además, la noche de los jueves correrá a cargo del colectivo ¡JA! , un grupo sin definición alguna, sin fronteras.