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Posdata por María José Navarro

La Razón
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Estimados Reyes Magos: la verdad es que cuando os ponéis rigurosos y textuales, sois insoportables. O dije que este año no quería nada por aquello de la crisis y acabo de darme cuenta de que, más allá de soplaros la mistela y los nevaditos, no habéis dejado ni las gracias, colgando de un imán de la nevera, caracoles. Bien es verdad que, a partir de mañana, os vais a enterar, porque en las rebajas voy a ir a saco-paco, sobre todo en la sección moda hogar: me voy a comprar una bata de quitar el sentido. Y a lo mejor me vuelvo loca y pillo una catalítica, porque lo que viene es un 2012 mega casero, sin salir a la puerta de la calle así arda el barrio o venga un platillo volante lleno de macizos. No importa, lo acepto encantada, porque yo soy de las que piensan que bastante tienen los ricos y las Sicav como para que encima les subamos los impuestos o les sometamos al control de la Agencia Tributaria, que son detalles de crueldad extrema y que sólo nos merecemos los demás. Ya digo, no importa, porque todo sé que es por mi bien. No obstante, y por si fuera posible obtener una compensación a la desilusión de esta mañana, me pido el teléfono del escolta de Camps que lleva doscientos euros encima para prestar sin pedir cuentas más tarde, me pido unos prismáticos para detectar dónde está Rajoy desde que ganó, y me pido llevar tanto efectivo encima como para que el Gobierno me limite los pagos. Y luego, estar como Mónica Bellucci. Pero vamos, que si es posible, primero lo último. Adiós, majos, oigan.