Historia

San José

Urzúa: «Ha sido un turno bastante largo presidente»

«Que no vuelva a pasar». Esta frase, pronunciada nada más salir de su encierro subterráneo por el líder de los mineros, Luis Urzúa, todavía resuena en la conciencia del presidente chileno, Sebastián Piñera, que ya ha anunciado nuevas medidas para proteger a los trabajadores.

El presidente Piñera saluda al minero Omar Reygadas junto al resto del grupo en el hospital de Copiapó, ayer
El presidente Piñera saluda al minero Omar Reygadas junto al resto del grupo en el hospital de Copiapó, ayerlarazon

Urzúa, el último de los 33 atrapados durante 69 días en la mina chilena, emergía a la superficie el miércoles a las cinco de la mañana hora española, poniendo fin a un histórico rescate y generando una inmediata explosión de júbilo en el país, seguida también en directo desde todo el mundo. «Lo hemos hecho a la chilena y lo hemos hecho bien», declaró el presidente del país.

«Le sirvo el turno, como habíamos acordado en nuestra primera conversación. Espero que esto nunca más vuelva a ocurrir», le dijo Urzúa a Piñera, quien lo esperaba a la salida de su encierro. «Un turno de 70 días corrido es bastante largo», le reprochó al presidente. Por su parte, el mandatario le transmitió sus felicitaciones: «Cumplió con su deber saliendo el último, como un capitán».

Con la salida de Urzúa, las bocinas de los camiones y las sirenas de las máquinas de rescate en el yacimiento San José anunciaron el fin de la operación. En el Campamento Esperanza, donde los familiares seguían todo el operativo desde una gran pantalla, estallaba la locura y corría la sidra.

El gran reto

Los 33 hombres volvieron a reu-nirse ayer, esta vez en las camas de un hospital de Copiapó, de donde estaba previsto que los tres primeros recibieran el alta esta madrugada. Hasta allí se acercó de nuevo Sebastián Piñera, que aprovechó la ocasión para prometer un «nuevo trato» a los trabajadores chilenos en alusión a las cuestionadas medidas de seguridad del yacimiento de la minera San Esteban. «Esto no va a quedar impune. Los que tengan responsabilidades van a tener que asumirlas», dijo. Además, explicó que la dura experiencia de estos 33 hombres «ha sido una gran lección para todos los chilenos y para el Gobierno», que, según promete, tomará medidas para mejorar las condiciones de los trabajadores.
Además, Piñera aprovechó la ocasión para invitar a los mineros a jugar un partido de fútbol en el palacio presidencial de La Moneda. Haciendo gala de humor negro, el jefe de Estado chileno retó al equipo que perdiera a «que vuelva a la mina».

Urzúa, el último
Tras ser el último minero en abandonar las profundidades de la tierra, el jefe del grupo, Luis Urzúa, recuerda el júbilo del día en que supieron que podrían volver a ver la luz del sol. «Teníamos todo un protocolo, pero cuando llegó la sonda, todos queríamos abrazar el martillo y olvidamos por completo todo lo que se había acordado», rememoró Urzúa en una conversación con el presidente, a quien antes había confesado que temieron morir porque creían que no les estaban buscando. Ese día marcó un hito: la perforadora que llegó al lugar se convirtió en la mensajera de la vida desde las entrañas de la tierra al subir arrastrando un arrugado papel blanco con letras rojas que decía al mundo: «Estamos bien en el refugio los 33».

«Todos querían colocar sus papeles. Había varios, algunos que decían: «¡Mándame pan!, ¡tengo hambre!», pero llegaron los que tenían que llegar», agregó.
Esa perforación se convirtió en el cordón umbilical de los 33 mineros con la superficie y la vía mediante la cual pudieron volver a alimentarse con relativa normalidad tras unos días aciagos de hambre e incertidumbre.

El líder de los chilenos atrapados añadió: «Teníamos poquita comida, pero la supimos administrar. El último día comíamos cada 48 horas para dejar algo para después», recordó. «Supimos manejar la situación en los primeros días. Supimos mantener la cordura. Muchos pensamos que el rescate iba a durar dos o tres días».

Con el paso de los días tuvieron que resignarse a la espera, una palabra que se repitieron más de dos meses, mientras fuera de la mina los equipos de rescate recurrían a la ayuda de submarinistas, perforadores extranjeros y hasta a la NASA para delinear una estrategia que los trajera de vuelta a la superficie y medio mundo seguía el drama a través de los medios de comunicación.

«Los primeros cinco días estábamos seguros de que estaban trabajando en la mina, pero sabíamos que era difícil. Con la experiencia que tenía, supe que era muy difícil rescatarnos, por cómo estaba la cosa», recordó Luis Urzúa a sólo unos metros de la estrecha vía que finalmente lo llevó de vuelta a la libertad.

«La moral, de repente, podía decaer», dijo el jefe, «pero teníamos la suficiente fortaleza para conversar con mis trabajadores y explicarles lo que estaba pasando. Los que tenemos fe, teníamos la esperanza de que algún día íbamos a ser rescatados», añadió en la histórica jornada del 13 de octubre.


¿Parque temático, museo o película?
Descartada la posibilidad de crear un santuario en las inmediaciones de la mina San José, continúa el debate sobre qué debe hacerse con el yacimiento donde permanecieron atrapados 33 hombres durante 69 días y con la zona del Campamento Esperanza, donde las familias permanecieron a la espera del rescate. Propuestas no faltan. Según comentan a LA RAZÓN fuentes del municipio de Copiapó, se está valorando la construcción de un parque temático para el recuerdo e incluso de un museo en el que se exhiban, entre otros objetos, la cápsula «Fénix II», por la que ascendieron finalmente los trabajadores atrapados. Las mismas fuentes confirman su intención de que los mineros visiten mañana el Campamento. «Ellos y sus familiares han pedido que todo el campamento continúe montado hasta el fin de semana, hasta el sábado, porque ellos quieren venir a ver cómo era», dice Pedro Araya López, uno de los encargados del «casino» del lugar. Pero, por lo pronto, este emplazamiento ya se ha convertido en el escenario de una futura película. Lo que se especulaba desde hace semanas ya es un hecho: la productora española Antena 3 Films y la colombiana Dynamo Factory se encuentran produciendo la que será la primera película sobre el trágico accidente y el heroico rescate. Incluso ya tiene título: «Los 33 de San José» es el nombre que tendrá la cinta para la televisión.


«Pensaba que no iba a poder conocer a mi hijo»
Richard Villarroel, uno de los mineros rescatado afirmó ayer que su compañero José Henríquez, «El Pastor», fue el hombre clave. «Fue el hombre clave que tuvimos para juntarnos todos los días», señaló Villarroel, de 26 años, quien había mentido a su madre diciéndole que trabajaba de comerciante. En declaraciones a Televisión Nacional, el minero afirmó que «El Pastor» tenía siempre la palabra de aliento «para levantarnos el ánimo». Villarroel, el vigésimo octavo trabajador en ser rescatado, aseguró que el peor momento que vivieron en el interior de la mina fue cuando sucedió el segundo derrumbe, el pasado 11 de agosto, cuando una roca de 700.000 toneladas cayó sobre la fosa y las autoridades debieron suspender las tareas de rescate durante unos días. «Pensé que no iba a volver a ver mi señora, que no iba a poder conocer a mi hijo. Es en ese momento cuando se piensa más en la familia. Toda la película [la vida] se le pasa a uno por delante», enfatizó. Aseguró que el encierro sirvió para que los mineros se unieran más. «Y que siempre trabajamos en equipo. Nadie pensaba solo, se tomaba una decisión y ganaba la mayoría», apostilló.