Beatriz Rico: «Escucho a los curas soy católica y ejerzo»

–«Las novias de Travolta». ¿Le hubiera gustado ser novia de Travolta?
–Estuve enamorada de él y lo sigo estando. Los hoyitos de Travolta me vuelven loca. Me gustaba de joven y me sigue gustando ahora.

–¿De quién, más cercano, le hubiera gustado ser novia y no pudo ser?
–De Tino, el de Parchís. Le escribí cartas de amor y no me contestó nunca.

–En el escenario, reunión de cuatro amigas. Usted es Cristina...
–Ella es médico, la más madura del grupo, pero mantiene una relación políticamente incorrecta.

–Ya: es de derechas y se ha enamorado de uno del 15-M...
–No puedo decirlo. De todas formas, yo creo que no hay relaciones incorrectas: mientras haya amor, todo vale. Me lo dijo un cura.

–Así que usted escucha a los curas...
–Claro. Soy católica y ejerzo. Rezo y doy gracias a Dios todos los días. No me da vergüenza decirlo.

–No sé si tiene algo que ver con Cristina...
–Ella se rige por la cabeza, no por el corazón. Yo, todo lo contrario.

–¿Es cierto que ustedes, en la intimidad, son deslenguadas e impúdicas?
–Mucho. En la intimidad perdemos el pudor. Ay, qué cosas salen de nuestras lindas boquitas...

–¿Lo más divertido de sus reuniones?
–El sexo, hablar de sexo... con detalles.

–Y despellejar a los hombres, claro.
– A unos sí y a otros no, depende. A mí no me gusta despellejar porque no me gusta que me despellejen.

–Creo que ustedes se ríen más de todo y son más agudas...
–Sí. Somos más irónicas y «malvadas». No mentimos más, pero mentimos mejor.

–Las cuatro han sobrepasado los 40. Es la edad perfecta para...
–Para ser libre. Nunca me he sentido mejor físicamente. Voy al gimnasio todos los días y por primera vez me siento atractiva a todas horas.

–Además, es imagen de una firma de ropa llamada «De puta a puta, taconazo». Va a tener que confesarse...
–Nada, nada, que estamos en el siglo XXI. Es un nombre divertido. Hacen ropa «pin up». Con ella me siento sexy, segura y poderosa.

–O sea, que Beatriz está feliz...
–Sí. Hago lo que quiero y encima me silban por la calle. ¿Qué más se puede pedir?

–Como no sea una volta con Travolta...