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Un campeón prematuro sin suerte

El ciclista Laurent Fignon, ganador del Tour de Francia en dos ocasiones (1983-84) cuando tan solo tenía sólo 24 años, perdió hoy su carrera más difícil, contra el cáncer, en la que luchaba desde el pasado año.

Fignon (1960-2010) falleció en su ciudad natal, París -escenario en los Campos Elíseos de sus dos grandes victorias-, a causa de un cáncer intestinal que él mismo anunció que padecía en 2009, cuando publicó el polémico libro "Nous étions jeunes et insouciants"("Éramos jóvenes e inconscientes").

El ciclismo pierde a uno de los grandes de este deporte, un todoterreno capaz de ganar carreras de un día y de tres semanas, como acreditan sus victorias en las clásicas Milán-San Remo, por dos veces, la Flecha Valona o el Giro de Italia (1989). Con un inicio de carrera brillante, al ganar en 1983 el Tour en su segundo año como profesional y repetir en la edición siguiente, Fignon se convirtió en un ídolo en su país.

Francia veía en aquel corredor joven con gafas, apodado "el Profesor", al sucesor de otro gran campeón, Bernard Hinault, a quién le ganó con autoridad en la edición de 1984. Sin embargo, la suerte no acompañó a Fignon en los años posteriores, y tras dos Tours en su palmarés con 24 años, nunca más conseguiría imponerse en la "Grand Boucle".

Estuvo cerca en 1989, cuando se quedó con la miel en los labios al terminar a tan sólo 8 segundos del estadounidense Greg Lemond, la diferencia más pequeña que ha separado al campeón del segundo clasificado en el Tour. Ese mismo año ganó el Giro de Italia. Antes había sufrido lesiones -en 1985 no pudo defender su título en el Tour por una operación en el tobillo-, caídas, como la que le apartó del Tour en 1988, enfermedades -se retiró de la ronda gala del 86 por unas anginas- y sanciones, tras ser controlado positivo por anfetaminas en 1987.

Estos contratiempos le restaron continuidad, por lo que se alejó de la posibilidad de entrar en el elenco de grandes mitos del ciclismo como el propio Hinault, Eddy Merckx o Jaques Anquetil, todos ellos con cinco Tours de Francia, cifra que más tarde lograría Miguel Indurain y que superaría el tejano Lance Armstrong. En 1993, tras 11 años como profesional, Fignon colgó la bicicleta, con más de setenta victorias en su palmarés y con la sensación de que podría haber conseguido alguna victoria de relumbrón más.

"Tuve la suerte de encontrar aquello para lo que estaba dotado y poder vivir de ello, aunque nunca estaré satisfecho. Habría querido ser campeón del mundo, ganar más Tours, más clásicas, pero viví años fantásticos", confesaba al echar la vista atrás el propio Fignon. Tras su retirada, Fignon organizó carreras como la París-Niza y desde 2006 trabajaba como comentarista del Tour de Francia en la televisión pública francesa.

A pesar del estado avanzado de su enfermedad, Fignon siguió comentando la ronda gala en esta última edición, donde se impuso el español Alberto Contador. Para la polémica quedan sus confesiones en el libro "Nous étions jeunes et insouciants", en el que reconoció haber consumido anfetaminas y cortisona durante su carrera. La muerte le encontró relativamente joven, con 50 años, tal y cómo le llegaron sus primeras grandes victorias en el ciclismo.