Ley electoral
«Torreleaks»
Ahora que el Monopoly acaba de cumplir 75 años los madrileños nos merecemos un tablero de juego, y sobre todo unas reglas, que nos dejen bien clarito cuánto cobramos cada vez que pasamos por la casilla de salida y cuándo toca ir a la cárcel. En todo este tiempo de democracia municipal y autonómica hemos sido incapaces de darnos unas reglas claras sobre lo que hay que hacer a la hora de afrontar la imputación de un cargo público. Y en el fondo no tiene que ser tan difícil: o todos moros o todos cristianos. Lo que no vale es pedir para uno trato distinto del que uno exige para el de en frente. Eso es trampa. Y tampoco vale enfangarse en detalles formales y legalistas sobre si hay imputaciones de Champions League y otras de 2ª división B porque a los ojos de los ciudadanos, que son los nuestros, lo que queda es si a un político se le imputa un delito o no. No tengo más doctrina al respecto que exigir una doctrina única. Si un político no es culpable hasta que no se demuestre nadie tiene derecho a someterle a la pena del telediario. Sea del PSOE o sea del PP. Y con el juicio que afronta Trinidad Rollán, la número 2 de Tomás Gómez y otros 13 concejales, iremos más allá de esa duda. Todo sea que la gestión en Torrejón sea digna de un caso de Wikeleaks. Y nos enteremos por algún cable de que en realidad lo que unos quieren explicar como una mera imputación administrativa, no entiendo ese término, se convierte en «Torreleaks».
✕
Accede a tu cuenta para comentar