Venezuela
Chávez disputa la calle a Capriles
El cierre de campaña enfatiza la polarización del país
CARACAS- «La batalla entre el bien y el mal ha comenzado», reza una pintada de un muro del barrio 23 de Enero, junto al rostro gastado del libertador Simón Bolívar. Así ha sido esta campaña: polarizada, tensa y caótica. El centro de la capital venezolana es monocromático: todo es rojo. Sólo la estampa con los ojos de Hugo Chávez en las camisetas de los jóvenes oficialistas modifican un poco el escenario. Cuanto más en el centro se está, más evidente se hace la red chavista de propaganda. Pósteres, camisetas, folletos, panfletos, diarios, libros, muñecos, discos. Ayer en el cierre del comandante había de todo.
Mientras los más osados bailaban al ritmo de la pegadiza canción de la campaña, «Chávez, corazón del pueblo», los niños cruzaban las calles con las manos en los oídos. La avenida Bolivar se movía con la distorsión de los amplificadores. Fue una auténtica demostración de fuerza, una marea roja que buscó opacar el acto que hace días protagonizaba Henrique Capriles en el mismo escenario. Ese domingo, el candidato opositor sorprendió al reunir a más de un millón de personas.
Ayer fue el turno del chavismo, ansioso de que la imagen aérea se pareciese a un hormiguero. No hay que olvidar que las encuestas vaticinan una final apretada y que la calle se ha vuelto un territorio disputado por ambos bandos. «Esta avalancha bolivariana que viene recorriendo el país en las últimas semanas, en los últimos días, ahora tenemos que convertirla en una avalancha de votos el próximo domingo», pidió Chávez antes sus seguidores.
Por su parte Capriles, fiel al ritomo infernal de su caravana electoral, visitó ayer tres estados. «La voluntad del pueblo es sagrada… Aquí quien quita y pone, además de Dios, es el pueblo», dijo en el último acto de cierre, celebrado en Barquisimeto, la capital del estado de Lara.
«Estoy libre de cáncer». Con esas palabras, Hugo Chávez abría la veda electoral. Desde entonces, comenzaron a multiplicarse las apariciones públicas del presidente, cantando y hasta bailando, de nuevo con discursos maratonianos. Sin embargo, en los más de tres meses de campaña, los actos de Chávez han sido menos frecuentes que los de Capriles. Sus apariciones públicas se producen normalmente cada dos o tres días, algunas en su condición de candidato, otras como presidente. Eso, frente a las dos o tres «caravanas» diarias de su contrincante, que lleva un ritmo frenético con actos públicos casi constantes y por todo el país, visitando 240 pueblos en lo que va de contienda. Aunque en Venezuela marcan proyecciones de voto muy dispares, hasta el momento la mayoría apunta a una hipotética victoria del mandatario con un promedio que ronda los 10 puntos, margen que, sin embargo, se ha venido acortando en los últimos días.
Los sondeos también arrojan un elevado porcentaje de los conocidos como «ni-ni», unos indecisos que podrían decantarse para uno u otro candidato en función del devenir de la campaña. Es aún demasiado pronto para saber cómo influirá la salud de Chávez en este sector del electorado.
Para Luis Vicente León, responsable de la firma de sondeos Datanálisis, «está clarísimo que hubo una diferencia total entre la intensidad de ambas campañas, no sé cuál es la magnitud, o si es grave o si compromete su vida a futuro, lo que sí sé es que no es normal que un candidato aparezca en un papamóvil un día y desaparezca dos en el clímax de la campaña», comentó. Alberto Aranguibel, de la línea oficialista, considera «un error la campaña de la derecha» al querer «tocar cientos de pueblos en muy poco tiempo». «Pareciera no tener sentido, a la gente no le interesa que el candidato pasara corriendo y se fuera. El comandante ha tratado de darle más contenido que efectismo».
Para contrarrestar, ya sea por estrategia o por su salud, Chávez ha intensificado sus horas en cadena, sacando de antena en tres ocasiones a Capriles cuando se encontraba en mítines.
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