Conflictos laborales
Metrogay
Querido chantajista del Metro: Un amigo me pide que te escriba y te agradezca que nos hayas considerado personas que sufren por culpa del gobierno de, que vengas a redimirnos de ese calvario de la huelga. El miércoles diste un ejemplo de generosidad al decidir cumplir los mínimos jueves y viernes. Gracias por dejarnos utilizar el Metro que pagamos. Y gracias también en nombre de un compañero gay, cuyo orgullo se le escapaba por todas las partes al escuchar que fin de semana el Metro funcionaría con normalidad en atención a la fiesta del Orgullo. Se le puede fastidiar la tarea diaria al hetero-obrero, pero al orgullo gay, que no se le mancille con una huelga. Eso es una ordinariez.
Mi amigo me dice que comprende al chantajista cuando quiere defenderse de una rebaja en su salario; a él pasó por lo mismo cuando en su curro le redujeron el 10 por ciento del sueldo primero y después le despidieron. No le dieron la oportunidad de incumplir los servicios mínimos. No pudo «reventar» la ciudad, porque era un simple obrero. Mi amigo, a pesar de todo, desea lo mejor a los huelguistas: que puedan seguir yendo a trabajar.
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