Valencia
Soraya Sáenz de Santamaría: «Rubalcaba es una versión más antigua de Zapatero»
«Haremos una ley de transparencia para mejorar la interacción con el ciudadano». «Las peticiones de los del 15-M son muy variadas. Los políticos debemos escucharles». «Tenemos información de que hay muchas dudas en la gestión de Barreda». «Para el PP, el copago está absolutamente descartado. Hay otras formas de ahorro».
¿Las comunidades del PSOE tienen deuda oculta?
–El momento del traspaso de poderes y de cambio en la gestión es el más adecuado para conocer en profundidad las cuentas públicas. Un buen control de lo que hay nos ayudará a gestionar mejor y facilitará la puesta en marcha de un plan de austeridad en el que los necesarios ajustes del gasto no afecten a las políticas sociales, especialmente educación y sanidad.
–De manera preventiva, el PP ya ha dicho que sospecha de los balances socialistas. ¿Es que las trampas y la ingeniería contable son sólo un pecado del PSOE?
–Todas las comunidades del PP han puesto en marcha programas de austeridad. Y todas han aceptado seguir con esas políticas y comprometerse con un ejercicio de reducción del gasto superfluo.
–Pero algunas de ellas están encabezando la lista de déficit.
–La caída de los ingresos es un problema generalizado que ha afectado a todo el mundo y sobre el que ya hemos trasladado al Gobierno nuestra preocupación. Para mantener y mejorar nuestro modelo necesitamos dinamizar cuanto antes la economía y para eso hace falta un plan global contra la crisis que priorice la creación de empleo. Es lo que plantea el PP.
-Entonces, ¿usted pone la mano en el fuego por la salud financiera de todas las comunidades en las que ya gobernaban antes del 22-M?
–Todas están cumpliendo con los esfuerzos que les han pedido, y eso que en algunos casos la oposición del PSOE ha sido muy fuerte. Pero al final, el esfuerzo ha merecido la pena porque las urnas refrendaron el 22-M esa gestión y no la de los socialistas.
–¿Qué pruebas tienen de las durísimas acusaciones que han lanzado contra la gestión socialista en Castilla-La Mancha?
–Tenemos información de que hay muchas dudas en esa gestión de Barreda. Para poder cumplir el objetivo de déficit es necesario conocer lo que hay y qué se ha gestionado mal. Por eso hemos pedido que se convoque el Consejo de Política Fiscal y Financiera para que vuelva a ponerse en vigor una Ley de Estabilidad Presupuestaria con techos de gasto y de endeudamiento para todos.
–Si en donde el PP ya gobernaba el 22-M la oposición les pide que también auditen sus cuentas, ¿lo harán?
–Todos los presidentes autonómicos de mi partido se han comprometido con la transparencia, los que ya gobernaban y los que van a empezar a hacerlo.
–¿Eso quiere decir que sí?
–El ejercicio de transparencia se hará en todos nuestros Gobiernos.
–Y después de ese «ejercicio de transparencia», ¿qué? ¿Cómo se arregla el problema?
–Después hay que recortar gastos superfluos, reducir consejerías y delegaciones territoriales en todas las provincias, y también el personal designado a dedo. Y eso es sólo un ejemplo de todo lo que hay que hacer dentro de un plan global de reducción del gasto superfluo para los próximos cuatro años en el que el dinero vaya al gasto social.
–Rajoy sostiene que cada país tiene el Estado de Bienestar que le permite su crecimiento. ¿Es una manera educada de decir que con el de España es imposible que no hagan falta nuevos recortes?
–El mayor riesgo para el Estado de Bienestar es el Gobierno de Zapatero, que es responsable del mayor recorte en política social de nuestra democracia y no es capaz de hacer reformas que generen empleo. Zapatero no hizo las reformas a tiempo y tuvo que hacer los recortes. El PP hará las reformas para que en este país no haya más recortes.
–Sin saber cómo va evolucionar la economía ni qué se van a encontrar cuando lleguen, no le extrañará que pueda sonar electoralista la afirmación de que con el PP no harán falta más ajustes dolorosos.
–El mantra de que el Gobierno del PP hace recortes ya lo utilizó el PSOE de Rubalcaba hace 20 años. Pero luego llegó el PP y lo que hizo fue sanear la Seguridad Social y garantizar por ley la revalorización de las pensiones. Ese discurso ya no vale: está demostrado que es falso. El PP creó empleo y mejoró las pensiones, la educación y la sanidad.
–¿Su receta para garantizar la viabilidad del actual modelo sanitario plantea estudiar medidas como el copago?
–El único que ha barajado seriamente introducir el copago fue el Gobierno de Zapatero dentro de los recortes de mayo de 2010. Así lo confirmó el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos. Para nosotros, el copago está absolutamente descartado. Hay otras fórmulas para ahorrar sin perjudicar al ciudadano.
–¿Pero sí incluye la privatización de la prestación de servicios, como están ensayando en algunas de sus comunidades?
–Algunas comunidades autónomas, y no sólo las del PP, han ensayado fórmulas de colaboración pública-privada que están funcionando: ahorran dinero y sirven para prestar un mejor servicio a los ciudadanos.
-Ya han anunciado que si gobiernan cambiarán la reforma laboral del PSOE. ¿Y también la de la negociación colectiva?
–Con el PSOE, del diálogo social hemos pasado al decretazo en solitario. Después de perder mucho tiempo, y con 5 millones de españoles que necesitan trabajar, ahora al Gobierno le importa más el título de las leyes que el contenido y sus resultados. De la reforma laboral, dijimos que no era la que necesitaba España porque se centraba en el despido y no buscaba fórmulas para facilitar la contratación. Y el resultado está ahí, 300.000 parados más. Respecto al decreto aprobado el pasado viernes, no es ni útil ni eficaz y, además, no sabemos cómo se va a poder aplicar ya que no cuenta con el apoyo de los interlocutores sociales.
–Entrando ya en la arena política, ¿Rubalcaba es un hueso más difícil de roer que Zapatero?
–En absoluto. Ni siquiera es una versión modernizada de Zapatero, sino todavía más antigua.
–¿Por qué les molesta tanto que siga en el Gobierno?
–El PSOE puede que tenga un candidato, pero en España no tenemos ni ministro del Interior ni vicepresidente. Rubalcaba ni abarca ni aprieta, y eso ya se ha visto en la crisis del pepino. Los españoles le pagan un sueldo para que se dedique a los intereses generales pero él está a sus asuntos propios.
–¿Combinar sus cargos ministeriales con su candidatura es un abuso de poder?
–Bueno, todo el mundo sabe quién es y lo que se le da bien a Rubalcaba, y no es gobernar ni sacar a España de la crisis, desde luego. El PSOE ha debido pensar que su única salida es un candidato con muchas artimañas y mucho manejo subterráneo, pero España necesita un presidente transparente, que diga la verdad y que sea capaz de impulsar un programa de recuperación económica. Y su nombre es Mariano Rajoy.
–Con lo del «manejo subterráneo», ¿a qué se refiere? Recuerda aquella acusación de que supuestamente utilizaba las Fuerzas de Seguridad del Estado a su servicio.
–Que el manejo subterráneo se volviese a repetir en la campaña no sería ninguna novedad por parte de Rubalcaba.
–¿Cree que como ministro del Interior sí ha hecho todo lo posible para impedir que Bildu estuviese en las instituciones?
–La presencia de Bildu en las instituciones es un retroceso muy importante en el tiempo y en el trabajo que mucha gente ha hecho en la lucha antiterrorista. El PP ya ha dicho que está del lado de la Policía y de la Guardia Civil, y con la Fiscalía y la Abogacía del Estado, que entendieron que Bildu es Batasuna.
–Entonces, ¿en esto Rubalcaba sí ha cumplido con su deber?
–La Policía y la Guardia Civil han hecho su trabajo, como siempre. Pero el PSOE no ha sido nada claro en este asunto con muchas de sus actuaciones y declaraciones.
–Una vez que los concejales de Bildu están ya en los ayuntamientos, ¿de verdad hay marcha atrás?
–Hoy sí tenemos mecanismos para echarlos de las instituciones. Rubalcaba es el ministro con más instrumentos legales a su alcance para evitar la vuelta de Bildu-Batasuna a las instituciones y para sacarla de ellas.
-Pues visto que no han servido para evitar que llegasen…
–De momento nosotros ya hemos pedido al Gobierno que tome nota de todo lo que está pasando: y ahí está el caso de Elorrio, que es sólo un ejemplo.
-¿Hoy estamos más cerca del final de ETA?
–Ojalá. Pero el fin de ETA sólo puede llegar si los terroristas no obtienen ninguna de las exigencias que siempre han reclamado. ETA no puede conseguir por dejar de matar lo que ha pedido matando.
-¿Y ahora lo está consiguiendo?
–Nuestra obligación es recordarle al Gobierno que tiene la responsabilidad de evitarlo.
–¿Pero ahora está logrando sus objetivos con la vuelta de Batasuna a las instituciones, como ustedes denuncian, o con los movimientos en política penitenciaria?
–La regla es muy clara: no hay que negociar nada con ETA ni aceptar ninguna de sus exigencias.
–¿Qué aporta el movimiento del 15-M?
–Esas movilizaciones han evidenciado el malestar de la calle en un escenario con 5 millones de parados y casi un 46 por ciento de paro juvenil. Sus peticiones son muy variadas, y los políticos tenemos que escucharles y trabajar en medidas de transparencia que ayuden a los ciudadanos a participar más directamente en lo que se hace en el ámbito público. El PP promoverá una ley de transparencia para mejorar la interacción de los ciudadanos con las distintas administraciones públicas.
-¿Entonces no ve ninguna mano negra detrás ni la tentación de la izquierda de teledirigirles?
–Si alguien pretendiera utilizarles contra un partido o contra un Gobierno estaría desnaturalizando lo que es una legítima opción ciudadana. Los ciudadanos se expresan y tienen que hacerlo en libertad.
-¿Expresarse en libertad justifica la ocupación de la vía pública o las manifestaciones en la puerta de las Cortes?
–Resulta bastante sorprendente que Rubalcaba todavía no se haya pronunciado ni haya aclarado cómo va a afrontar el problema. Por ahora sigue sin explicar nada.
–Bien, pero ¿y cuál es la opinión del PP?
–Interior tiene toda la información y es a Interior a quien corresponde tomar una decisión con los elementos de juicio de los que dispone.
–Hay quien piensa que el 15-M se convertirá en un dolor de cabeza para el PP si llega al Gobierno.
–Nosotros adoptaremos las decisiones que consideramos que son buenas para España y aplicaremos el plan de reformas con el que nos presentemos a las elecciones. Gobernaremos con el aval que nos den las urnas.
–Antes hablaba de las propuestas «variadas» de los «indignados». ¿Aceptarían abrir un debate sobre la reforma de la ley electoral?
–Cualquier reforma de la ley tiene que hacerse por acuerdo de los dos principales partidos. Y algunas de las cosas que he escuchado no van en la línea de lo que los ciudadanos han decidido en las elecciones autonómicas y municipales.
«No hay que relajarse»
–¿Le pesa saber que es una de las pocas dirigentes del PP a la que se le da como segura en un Gobierno de Rajoy?
–Rajoy hará el Gobierno que considere mejor para España y debe tener libertad absoluta. Pero ahora no tocar pensar en futuros gobiernos, sino en trabajar para ganar.
–¿Cuál es el mayor riesgo al que se enfrenta el PP de aquí a las generales?
-No hay que relajarse, hay que trabajar todos los días al máximo y no confiarse en lo que se ha hecho en el pasado.
–¿Qué piensa ante el ruido que llega de Valencia sobre supuesta financiación irregular, «caso Brugal» o juicio oral a Camps?
–Los tribunales tienen que trabajar. Y como hemos visto de todo, y muchas cosas luego se quedan como se quedan, no me gusta anticipar acontecimientos. Hay que investigar y dejar que los tribunales se pronuncien.
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