Investigación científica
Revolución regenerativa por José Antonio VERA
Lo escribió en las paginas de A Tu Salud la semana pasada la doctora Karin Freitag. Estamos ante una auténtica revolución de la medicina regenerativa como consecuencia del empleo de los denominados «factores de crecimiento». Empezó siendo una técnica específica para deportistas de elite, pero se está extendiendo a cualquier persona con problemas crónicos dolorosos a consecuencia del deterioro de tejidos como los tendones, los músculos, el cartílago, la rodilla, cadera o manos por artrosis u otras patologías, como consecuencia de lesiones por sobre-exposición o simple envejecimiento. El traumatólogo alavés Mikel Sánchez fue uno de los primeros en emplearla con éxito, con casos particularmente conocidos como el del ciclista vasco Joseba Beloki o el tenista Rafa Nadal. Beloki sufrió una terrible caída en el Tour, y Nadal padecía intensos dolores en las rodillas. A ambos se les practicaron infiltraciones de plasma «autólogo» rico en factores de crecimiento, extraídos a partir de su propia sangre, una vez eliminados de la misma los glóbulos rojos y los blancos, y aisladas las plaquetas, con un efecto regenerador casi inmediato.
La nueva metodología, auténticamente novedosa, ha merecido diferentes reconocimientos, entre ellos el de la Fundación Mapfre de investigación, y consiste en fomentar la autocuración de diferentes órganos del cuerpo humano de forma rápida y segura. Los huesos se curan por sí mismos, igual que los tendones o los músculos, sin reacciones alérgicas ni efectos secundarios a largo plazo. Particularmente eficaz se ha manifestado este procedimiento en lo que se refiere a las lesiones de tendones. Quienes han sufrido tendinitis saben lo molesto que es la dolencia y lo tedioso de su duración excesiva en el tiempo. Recuerda la doctora Freitag que tales disfunciones conforman el 45 por ciento de los problemas músculo-esqueléticos. Los factores de crecimiento inducen a la proliferación de las células del tendón y su regeneración natural mediante la aplicación de plasma en pequeñas dosis en diferentes sesiones.
Las aplicaciones en el ámbito de la traumatología son numerosas y probablemente las más conocidas, pero la técnica se ha aplicado también a la odontología y la oftalmología, y se intenta asimismo en cardiología y neurología. Un ámbito en el que funciona ya regularmente desde hace algún tiempo es la dermatología y el antiaging. Los denominados factores PRGF ( plasma rich in growth factors ) tienen eficacia como tratamiento para atenuar las arrugas y aumentar el grosor y la tersura de la piel lográndose un aspecto más juvenil en las personas que se someten a un tratamiento que consiste en la inyección de plasma del propio paciente rico en factores de crecimiento en zonas específicas de la piel de la cara, escote y cuello. Total que estamos ante un auténtico descubrimiento de la medicina regenerativa con insospechada proyección en la salud.
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