Malos estudiantes por Juan Antonio ORENGA

Hacer los deberes a última hora o estudiar un examen la noche antes son medidas tan erróneas como el buscar la clasificación para la Copa del Rey a la desesperada. Hay equipos a los que nos le queda otro remedio más que esperar hasta el pitido final del último partido de la primera vuelta, pero suelen ser equipos de perfil medio-bajo. Su alegría va más allá de la clasificación; se basa en el número de victorias acumuladas y que suponen alejarse poco a poco del descenso. Aquí estarían equipos como Blancos de Rueda o Fuenlabrada.

Hay otro grupo, normalmente con equipos de gama alta –cada vez en menor número–, con un presupuesto elitista. Éstos han hecho una gran inversión, se han renovado, han buscado mejorar y se encuentran, como los anteriores, jugándoselo todo a una carta. Aquí no hay excusas de mala suerte. A todos estos hay que exigirles mayor solvencia y regularidad. El mejor ejemplo de este bloque es el Unicaja de Aíto. Su no presencia en la Copa no es una buena noticia. Duele por el equipo, por la pérdida de autoestima y confianza, por la competición y por la afición, que se queda un año más sin poder representar a su ciudad en el momento cumbre del año del baloncesto ACB. Es el momento de mirar hacia dentro y analizar qué pasa en Málaga. Mientras, en Rivas, su equipo femenino, ganaba la Copa al Ros Casares. ¡Enhorabuena a Amaya y compañía!