Actualidad
Enrique Vila-Matas: «Es muy ridículo decir de uno mismo que es vanguardista»
Reflexiona sobre la posmodernidad en su nueva novela, «Aire de Dylan»
BARCELONA- El papel del escritor ante el fracaso y la posmodernidad son los dos temas principales de «Aire de Dylan», una estupenda novela que nos devuelve al mejor Enrique Vila-Matas. El libro, editado por Seix Barral, nos habla de la aventura del joven Vilnius, un personaje parecido físicamente a Bob Dylan, creador del «Archivo General del fracaso», obsesionado con la figura de su padre y con una frase que se atribuye a Scott Fitzgerald para la película «Tres camaradas». Todo ello con «Under the Mango Tree» como banda sonora. La entrevista se realiza en la librería Bernat (en la imagen), uno de los escenarios reales de «Aire de Dylan».
-En este barrio está la librería de la novela y la antigua filmoteca. ¿Es una galaxia Vila-Matas?
-Es como la Rue Vaneau en «Doctor Pasavento». Donde parece que no hay nada, hay mucho. Por otra parte, sobre la filmoteca, me han dicho amigos que van allí, como Isaki Lacuesta, que hay jóvenes igual que los que describo, solitarios y desocupados. Es curioso pero no sabía que podía haber gente perdida viendo películas.
-En un momento de «Aire de Dylan» afirma que Juan Lancaster, el padre de Vilnius, tiene la capacidad de transformarse en cada libro. ¿Le pasa lo mismo?
-Sí. De hecho, más que un libro que sea una crítica del posmodernismo, un tema que aparece lateralmente, esto es una crítica a mí mismo. Expongo que hay personas que son muchas al mismo tiempo, como Bob Dylan, y que también hay la posibilidad de lo contrario, de volver a ser nosotros mismos. Son dos opciones opuestas. Es lo mismo que la cultura Oblomov: existen personas que quieren ser Oblomov porque detrás de ella se encuentra la búsqueda del paraíso perdido, pero al final nos dedicamos a lo opuesto, a la cultura del esfuerzo.
-¿Qué posición moral tiene ante esto?
-Solamente pregunto y expongo. Tomo partido porque soy el pobre desgraciado que debe contar la historia del libro. Es la circunstancia que tiene encontrarse un Hamlet en el barrio.
-¿Hay autores obsesionados con ser vanguardiastas?
-Sí. Hay jóvenes que se presentan como vanguardistas, aunque repiten lo ya hecho por las vanguardias históricas. Hace poco hablaba de «Pálido fuego», de Nabokov, como ejemplo de vanguardia verdadera y feliz. No es rupturista porque cuenta una historia, pero sí rompedora en la manera de contarla. Esa es la vanguardia idónea.
-¿Algún otro autor que destacaría?
-Dickens no pretendía ser vanguardista pero aportó innovaciones a la historia de la literatura. Hizo algo que no había hecho otro. Kafka hereda de Dickens paradójicamente un cierto sentido del realismo, aunque no pretendió ser vanguardista. Es muy ridículo decir que se es vanguardista. Treinta años después hay que ver si es cierto o no. Es lo mismo que autoproclamarse rupturista, porque pasado el tiempo igual no has roto nada.
-Haciendo balance de su obra, ¿lo es usted?
-Hay libros que cuando salieron no fueron seguidos en su momento, pero con el tiempo han tenido una trayectoria feliz. Siempre necesito hacer algo nuevo que no haya hecho antes. En este sentido, soy innovador por respeto a lo ya escrito y con la intención de divertirme. En «Aire de Dylan» he actuado como Dylan, que constantemente sorprende a sus seguidores. Su fuerza es no estar donde le esperaban. Aquí me esperaban en lo metaliterario para maldecirme. Quería distanciarme de «Dublinesca».
En busca de la cita perdida
«Cuando oscurece, siempre necesitamos a alguien». Es una de esas frases que hace tiempo perdieron su dueño: «Siempre creí que era de Scott Fitzgerald. De hecho, se la atribuí a él durante mucho tiempo después de escucharla en "Tres camaradas". Resultó que esa película tenía muchos guionistas; la mayoría de las frases eran de Mankiewicz».
Las numerosas «novias» de Vila-Matas
Vila-Matas es un autor reconocido en el panorama literario actual. Prueba de ello es que, entre las muchas propuestas que debe de recibir, el ex director del Teatro Español Mario Gas pensó en él para que escribiera teatro. «Me lo sugirió justo cuando yo estaba con esta novela. Al final, lo conversado en esa llamada quedó incluido en el libro», cuenta el escritor. Entonces, ¿podremos ver en un futuro «Aire de Dylan» sobre los escenarios? «No lo creo... La novela sí que se puede convertir en una obra de teatro, pero sólo para compañías amateur», confiesa.
«aAire de Dylan»
Enrique Vila-Matas
Seix Barral
328 páginas, 19,50 euros.
✕
Accede a tu cuenta para comentar