Extrema derecha
Empieza la pugna del post-sarkozysmo
PARÍS- La guerra no tendrá lugar hasta después de las elecciones legislativas de junio pero la batalla ya está abierta en la Unión por un Movimiento Popular (UMP). Con la derrota de Nicolas Sarkozy, el partido conservador pierde su líder y «alma mater». El presidente saliente no dirigirá la campaña de las legislativas lo que deja abierta la pugna. Tanto el actual secretario general de la formación, Jean François Copé, como el primer ministro, François Fillon, aspiran a hacerse con ese liderazgo. El jefe del Ejecutivo reivindica toda su legitimidad tras cinco años como responsable también de la mayoría parlamentaria. Además, el político galo, más moderado que Copé, cuenta con el favor de los militantes entre los que goza de gran popularidad. Al contrario, Copé, tiene consigo al aparato. El tercero en liza, el ministro de Exteriores y cofundador de la UMP en 2002, Alain Juppé, que ayer confirmó que no se presentará como candidato en las legislativas por Burdeos pero podría pretender a organizar la transición y reorganización del partido con vistas al congreso del próximo otoño. Al final, será una «dirección colectiva» la que la pilotará la campaña. Es el próximo reto de la UMP, convertir esa cita en la tercera vuelta y ganar la apuesta. El argumentario quedó fijado ayer tras la reunión extraordinaria del comité ejecutivo del partido: el derecho de voto de los extranjeros en las elecciones locales que promete el presidente electo, François Hollande, o su posición a la «regla de oro» presupuestaria impulsada por Europa serán los principales ángulos de ataque contra los socialistas.
«Permaneced unidos porque estas elecciones se pueden ganar», confió ayer Sarkozy a los responsables de la UMP. Algunas encuestas pronostican un resultado ajustado entre la UMP y el Partido Socialista, que podría aliarse con el Frente de Izquierdas de Jean Luc Mélenchon y los Verdes. Los conservadores, que apuestan por la cohabitación, quieren evitar a toda costa la concentración de poderes en manos de los socialistas.
El análisis de la derrota presidencial y el cuestionamiento de la derechización aplazados hasta finales de junio. Oficiosamente, las primeras críticas resonaban ayer con fuerza. Por parte de miembros de la mayoría conservadora como Jean Pierre Raffarin o Laurent Wauquiez, representantes de las corrientes humanista y social de la UMP, a las que Copé, que ayer prometió que no habrá «luchas fratricidas» quiere dar la posibilidad de que se organicen en «movimientos» dentro de un monolítico partido.
«Una vida tranquila»
Prometió que abandonaría la vida política si perdía las presidenciales, y así será. La fecha: el 15 mayo, día en que Sarkozy traspasará los poderes elíseos a Hollande, aunque el conservador hubiera preferido que fuese antes. «Si por mí fuera, sería ya mismo», dijo ayer a los suyos, aunque es consciente de las tradiciones y los protocolos. También les confió que su adiós es definitivo. «Una página se cierra para mí. No seré candidato en las legislativas ni en futuras elecciones».
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