Navarra

ETA exige la negociación de su programa máximo

Pone a los presos y la expulsión de las Fuerzas de Seguridad del País Vasco como condición para el desarme n Encarga a HB lograr la independencia 

ETA exige la negociación de su programa máximo
ETA exige la negociación de su programa máximolarazon

Se trata de la «Alternativa Kas», pura y dura, que ETA articuló en la década de los setenta para lograr medidas a favor de sus presos; la salida de las Fuerzas de Seguridad del País Vasco y Navarra y, por supuesto, la independencia. La entrevista que ayer publicó el diario «Gara» con dos encapuchados, no aporta grandes novedades. De hecho, los terroristas admiten que «no han variado los objetivos políticos» y, en varias ocasiones, subrayan que la «lucha armada» (actividades criminales) ha hecho «una gran aportación en estos 50 años para llegar al momento en el que estamos».

Herri Batasuna
Lo que queda claro es la exigencia de ETA de una negociación con el Gobierno que salga de las elecciones del 20-N; y el establecimiento de una «mesa de partidos», para tratar el asunto de la independencia del País Vasco y Navarra.

La banda anuncia que su representante en esa mesa sera la «unidad popular» (Herri Batasuna), como «principal referencia política de la izquierda abertzale».

«El proceso debe traer consigo la vuelta a casa de todos los presos y presas vascos», dicen los encapuchados, que, además, meten prisas: «debería resolverse cuanto antes. Eso daría al proceso una gran fortaleza y credibilidad». Y lo mismo ocurre con los exilados.

Otra de las exigencias se refiere a «la desmilitarización: el final de la confrontación armada no podría entenderse si Euskal Herria permanece llena de fuerzas armadas. Porque ¿cuál sería su objetivo si no es la amenaza de conculcar la voluntad de la ciudadanía vasca? (...) Los distintos cuerpos armados han causado mucho dolor en este pueblo. Las páginas más oscuras las ha escrito la Guardia Civil», dice uno de los encapuchados. A cambio, ofrecen la «inutilización» de las armas, cuyo alcance no aclaran.

Cuando se les plantea el asunto de las víctimas, los etarras responden que «la principal víctima del conflicto es Euskal Herria, un pueblo que han pretendido hacer desaparecer». Por ello, precisan que «no podemos estar de acuerdo con ese propósito de condenar la lucha por la libertad (...) y tampoco con esa actitud fascista y la sed de venganza que se está alimentando en España».

Agente intermacional
Sobre el modelo negociador, señalan que tiene que ser «fuerte y efectivo. Para ello, hay que emprender conversaciones directas entre ETA y los estados español y francés, con la dinamización de algún agente internacional que ayude al proceso».

- «¿Y si los estados no están dispuestos a dar ningún paso significativo?», pregunta «Gara».
- «Eso dificultaría la situación, en la medida en que el proceso requiere de la participación de los estados. ¿Cómo se le podría hacer frente? Asumiendo el reto.

Por lo que respecta a los aspectos políticos (independencia y anexión de Navarra), señalan que el objetivo «debe ser un acuerdo democrático en el que se recoja una formulación pactada del reconocimiento de Euskal Herria y del derecho a decidir». Lo que aprueben, no podrá ser modificado por España o Francia, limitadas a pactar la aplicación de lo acordado.

Los encapuchados niegan que se hayan producido negociaciones directas con el Gobierno, aunque admiten que «hemos tenido un conocimiento mutuo y, que nosotros sepamos, el PP está al corriente». A este respecto, alaban la «prudencia de Mariano Rajoy, que «rompe con el discurso negativo, agresivo y sin sentido de hasta ahora».

Pese a lo expuesto en la entrevista, los etarras no dan seguridad de que este «proceso» será el definitivo y que no vayan a retomar los atentados: «No se puede saber cómo será en esta ocasión. El final está sin escribir. La ciudadanía vasca y, en especial, los miembros de la izquierda abertzale deben tenerlo muy presente. Se puede tener la tentación de pensar que todo está atado, que se resolverá no se sabe en qué mesa. No». «El proceso se puede alargar en el tiempo, en función del comportamiento de los estados y de la madurez de las fuerzas políticas».