España

La Audiencia sorda

La Razón
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La jugada es tan burda que no es presentable ante la sociedad española: quitarle el «Faisán» al juez Ruz, sacarlo por la puerta trasera de la Audiencia Nacional y llevarlo en un saco a un juzgado de Irún para evitarles a Rubalcaba y a Camacho el procesamiento por colaboración con banda armada. Si esta operación, tan rocambolesca como el delito que se debía juzgar, se consuma, nuestros periódicos, más que recoger la noticia, deben publicar una esquela porque la Justicia ha muerto en España. No. No es admisible un cerco judicial como el que ha sufrido Camps por el regalo de unos trajes y luego esta doble vara de medir para librar de las responsabilidades penales a los protagonistas de un caso tan grave como el de un chivatazo a una red de extorsión terrorista en plena acción delictiva. Extorsión a ciudadanos para asesinar a ciudadanos con el dinero conseguido bajo la amenaza de muerte. Se ha intentado todo para eludir este hecho atroz que nada puede justificar y menos una «negociación» que «presuntamente» quería acabar con el terror. Se intentó durante tres largos años enterrar el sumario en el cajón de Garzón y archivar después la causa. Se ha intentado desde negar que los hechos fueron tales hasta que constituyeran un delito. ¿A qué temen si no lo es? El propio procedimiento inventado para eludir el juicio –considerar el hecho delictivo según los fines de quien lo comete– es improcedente porque determina el resultado. Hay algo peor que ver juzgada a una cúpula de Interior, a lo cual ya estamos acostumbrados desde el felipismo. Y es una Audiencia Nacional sorda al clamor de la Justicia.