Asia

Pekín

China desarrolla armas en secreto

Desfile militar en la Plaza de Tiananmen con motivo del 60º aniversario de la República Popular China
Desfile militar en la Plaza de Tiananmen con motivo del 60º aniversario de la República Popular Chinalarazon

El gasto militar de China y la capacidad real del Ejército de la Liberación del Pueblo (ELP) es uno de los misterios mejor guardados de Asia. Oficialmente, Pekín gastó en 2009 unos 75.000 millones de dólares, diez veces menos que EE UU. Sin embargo, el Gobierno chino nunca ha detallado a qué dedica el dinero, ni cuál es su inventario bélico. Como sucede a menudo, esta falta de transparencia genera dudas y desconfianza. En este contexto, Washington lleva años asegurando que China gasta bastante más de lo que dice en armas y que oculta su verdadera potencia militar para no despertar recelo entre sus vecinos.


Un informe publicado ayer por el Pentágono insiste en esta idea y asegura que China está desarrollando tecnología bélica en secreto, material que podría alterar la estabilidad de la región y llamar a «malentendidos y problemas de cálculo» con otros ejércitos. Según el texto, China ha estado mejorando sus lanzaderas de misiles, además de expandir su fuerza submarina y su arsenal nuclear.


Consecuencias regionales
Aunque el gasto militar chino crece oficialmente en torno a un 10% al año, su capacidad es, por ahora, muy inferior a la de Estados Unidos. Lo que realmente preocupa a Washington es la ventaja que Pekín está tomando respecto a sus vecinos, principalmente Taiwán y, en menor medida Japón, Corea del Sur y otros países que baña el Mar Amarillo, donde China controla (y explota) aguas territoriales que reclaman naciones como Vietnam.


El problema de Taiwán es, en todo caso, el más serio: la isla lleva medio siglo echado un pulso de poderío militar a Pekín. Una carrera en la que, hasta la fecha, había conseguido mantener el tipo gracias a la transferencia tecnológica estadounidense. Pero en los últimos años, remarca el Pentágono, la ventaja de la China comunista ya no solo es numérica, sino también tecnológica.


Taiwán, en resumidas cuentas, no tendría ya nada que hacer en una hipotética invasión. De hecho el Gobierno de Taipei, que ha ido acercándose cada vez más a Pekín ante la falta de alternativas, pidió recientemente ayuda a Washington, solicitando armamento más moderno para no perder definitivamente el tren.