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El rey del narco tiene trece dedos

El rey del narco tiene tres identidades diferentes. Tres cédulas con nombres, fechas de nacimiento y fotografías distintas. Los rasgos físicos comunes hacen suponer que pertenecen a la misma persona, «modificada» tras varios pasos por el quirófano

«El Loco» Barrera, a la izquierda, es el narco más buscado por la Policía colombiana
«El Loco» Barrera, a la izquierda, es el narco más buscado por la Policía colombianalarazon

La auténtica es todavía un misterio aunque la Policía colombiana toma como buena la primera que fue expedida. En ella figura Daniel Barrera Barrera, el hombre más buscado del mundo, con permiso del terrorista Osama Ben Laden.

La leyenda asegura que en realidad se oculta tras los nombres de tres de sus seis hermanos –a quienes amputó, una vez muertos, el índice derecho para valerse de sus huellas dactilares en la legalización de innumerables transacciones financieras y comerciales–. Pero nada sobre la vida de «El Loco» Barrera es 100% fiable. Se oculta entre las sombras y sólo se le conoce una captura, en 1990. Sin embargo, el cerco para darle caza se está estrechando.

Su poder es tal que, pese a haber «perdido» por el camino en los últimos meses casi 300 millones de dólares –en efectivo y en propiedades– en el transcurso de operaciones coordinadas en tres continentes (América, Europa y África), se le considera el narcotraficante más importante del mundo, capaz de esquivar a las policías y agencias de 187 países que desearían echarle el guante. Entre ellas la DEA, la todopoderosa agencia antinarcóticos estadounidense, y la Oficina del Tesoro de EE UU, que acaba de endurecer el control a la red financiera de Barrera y de su socio, Pedro Oliverio «Cuchillo», al señalar a 23 de sus empresas como tapaderas para el lavado de dinero negro.

 Enlace con Galicia
En España también se le sigue la pista. Uno de sus lugartenientes, Germán Gonzalo Sánchez Rey, responsable del envío de cinco toneladas mensuales de cocaína a suelo español, está pendiente de extradición tras su captura el pasado mes de mayo. «Es el enlace entre "El Loco"y los narcos gallegos», asegura a este diario una fuente policial colombiana especializada en la lucha contra el narco. «Es una alianza sólida que lleva años funcionando a pesar de los golpes acá y en España. Desde la caída de Pablo Escobar no ha habido nadie que acumule tanto negocio», añade.

«El Loco» Barrera forjó su poder negociando cocaína con la guerrilla de las FARC en los años noventa. Su enlace era el narcoterrorista Tomás Medina, alias «El Negro Acacio», quien le da refugio cuando escapa de la única cárcel que ha pisado, la de San José del Guaviare. En 1999, el nuevo jefe del Frente 16 se convierte en responsable de las operaciones de narcotráfico de las FARC, un lucrativo negocio que reporta la mitad del presupuesto de la insurgencia. Los vínculos entre ambas organizaciones se estrechan.

Pero Barrera es ambicioso. A su grupo integra a los paramilitares comandados por «Cuchillo», cuyo «ejército» de 3.000 hombres era parte del bloque del Meta de las Autodefensas Unidas de Colombia hasta que las AUC decidieron dejar las armas. «Cuchillo» y sus sicarios se convirtieron entonces en el brazo armado de Barrera. La alianza con FARC y «paras», enemigos hasta entonces, convierte su organización en una de las más poderosas. La red de «El Loco» crece tanto que su socio de siempre, Miguel Arroyabe, se convierte en un estorbo. En 2004, «Cuchillo» cumple la orden y lo liquida sin contemplaciones.

Desde entonces, amparado en el anonimato, Barrera logra establecer alianzas con los carteles mexicanos de los Beltrán Leyva y Sinaloa, extiende sus tentáculos a Venezuela, Argentina, España y Marruecos y llega a formar una junta mundial de traficantes.

«Es la organización más grande desde la caída de Pablo Escobar», reconoce a LA RAZÓN Ana Margarita Durán, fiscal jefe de la Unidad Antinarcóticos. Durán conoce mejor que nadie al «Loco» Barrera. Fue ella quien impulsó su caza y quien asegura haberlo identificado «plenamente». «En 2008 hicimos una investigación para capturarlo. Entonces, ya era el narco más buscado en Estados Unidos y Colombia. Cuando finalmente lo atrapamos nos dimos cuenta de que no era él. No existía. Había borrado las huellas dactilares que le tomamos en 1990 y su identidad correspondía a la de Omar, uno de sus hermanos, o a la de Arnoldo, otro hermano (con síndrome de Down) que nunca sacó cédula de identidad. Lo hizo Daniel por él. Caímos en la cuenta de que la leyenda de los tres dedos era cierta y que su identidad era un misterio», explica.

La Unidad Antinarcóticos y la Policía comenzaron a barrer el entorno del narco. La operación, en la que fueron detenidos el pasado verano 17 familiares del «Loco», destapó una red inmensa de propiedades, tierras, fincas ganaderas y negocios que van desde frigoríficos industriales hasta gasolineras, taxis, restaurantes o prostíbulos. «La familia es el núcleo. Es una red endogámica, tanto que se casan entre ellos, por eso se apellida Barrera Barrera y por eso tiene tantos hermanos y primos con deficiencias», remarca la jefa antimafia.

El 13 de abril de 2009, cae en Argentina el colombiano Luis Caicedo, socio directo de Barrera y encargado de blanquear su imperio. La organización comienza a tambalearse con los testimonios que la Policía arranca a Caicedo. Unos meses después, las autoridades se apropian de 203 bienes de Barrera y de los hermanos «Comba» (Javier Antonio y Luis Enrique Calle Serna) por valor de 104 millones de dólares. Se establece que los «Comba» también integran el entramado de «El Loco».

Se estrecha el cerco

El 29 de septiembre de 2009, se pone en marcha la «operación Cuenca del Pacífico», en la que se realizan 25 incautaciones de bienes y dinero de «El Loco» en nueve países. Nada menos que 140 millones de dólares aparecen en los maleteros de coches desperdigados por talleres del cártel en media Colombia. En México, se encuentran otros seis millones. La Policía española se hace con más de un millón de euros y en Marruecos también aparecen otros 700.000 dólares.

De las investigaciones se extrae que la «Junta de Narcos» está integrada por Barrera, Caicedo, Silvio Otalora, Frankin Gaitán y Luis Lozano. El primero y el último aún están libres. Los «Comba» y los cárteles mexicanos de Sinaloa y


Beltrán Leyva pertenecen al club como asociados, y «Cuchillo» y su «ejército» son el brazo armado. Con «El Loco» como puntal de la organización, la red es responsable del envío los últimos seis años de 970 toneladas de coca a EE UU y Europa, vía España, por valor de 5.000 millones de dólares.

Compra de voluntades
Su poder ha comprado a algunos senadores, que –según fuentes colombianas– están a punto de ser detenidos, y a clubes de fútbol, como el bogotano Santa Fé. «Tienen de todo lo que imagine porque es una organización grandísima, pero le puedo asegurar que estamos cerca de cazar a Barrera. Ya tenemos su estudio morfológico, su pelo y su sangre. Estamos muy cerca. Sólo le puedo decir que no está en Colombia», nos desvela la zarina antidrogas colombiana. Venezuela es su guarida más probable.