Alfredo el Rojo suena a vikingo

Se equivoca el candidato socialista al unir su suerte a la estrella fugaz que será el Movimiento 15-M, que es poco más que un proceso de redifinición de la izquierda radical. Los últimos estrambotes me recuerdan las pintorescas ideas autogestionarias y contrarias al capital que escuchábamos cuando éramos jóvenes en la Universidad. El marxismo descabellado de los comunistas y sus aliados no ha soportado el examen de la historia. Se ha convertido en una antigualla abandonada en el baúl de los recuerdos. Alfredo el Rojo suena a impostura y refleja su temor a un mal resultado electoral. No es Ken el Rojo, el famoso alcalde de Londres que estaba a la izquierda del laborismo. Las excentricidades de izquierdas son divertidas en un municipio, aunque efímeras, o para un diputado pero son un grave error para un candidato a la presidencia. Alfredo el Rojo suena a capitán vikingo, pero chirría mucho para un político como él. Una amiga me decía ayer que tiene de rojo lo que ella de monja. Es un profesor universitario, educado y de clase media-alta. Un progre.