Liverpool
«Pongo la mano en el fuego por que Enrique no es pirómano»
Detienen «in fraganti» en Arganzuela a un hombre acusado de quemar 25 coches en los últimos meses
MADRID- Si Enrique viviera cerca del campo, probablemente estaría detrás de alguna hectárea de pastos en llamas, pero reside en General Lazy, distrito de Arganzuela, y sólo podía dar rienda suelta a su pasión por el fuego en terreno urbano. Tampoco se salía mucho del perímetro de su barrio. Trabajaba muy cerca de su casa, en el bar Liverpool, en la plaza Luca de Tena, aunque allí, por ironías de la vida, ponían «la mano en el fuego» por Enrique Martínez. «Es un tío de 55 años, casado y con un crío pequeño. Ten claro que él no va a ir por ahí quemando coches», comentaban entre risas los parroquianos del Liverpool, que le conocían «de toda la vida». Sin embargo, su compañero –no sabían explicar muy bien por qué– no había ido a trabajar. El caso es que Enrique estaba detenido desde la noche anterior, cuando fue sorprendido prendiendo fuego a la furgoneta de trabajo que Antonio Moreno había dejado tranquilamente aparcada frente a su taller de metales. Los agentes le pillaron in fraganti, agazapado delante del vehículo industrial que apenas acababa de comenzar a arder, y le atraparon cuando pretendía darse a la fuga en su Mercedes de alta gama que había aparcado a la vuelta de la esquina. La Policía no tuvo dudas de que se trataba del pirómano que llevaban días buscando: Enrique portaba siete mecheros, un acelerante y varias gasas que empleaba como mecha.
No era su primera fechoría de la jornada, ni de la semana, en Arganzuela.Un Ford Focus, en la calle Mejorada del Campo, y un Mitsubishi Montero, en Juan Martín el Empecinado, habían sucumbido a las llamas apenas un rato antes del arresto del pirómano de Arganzuela, que en cada una de sus actuaciones quemaba tres coches. A Enrique, que también está acusado de prender fuego en la madrugada del miércoles a otro Mitsubishi en la calle Vara del Rey, se le imputan hasta el momento la quema de más de 25 vehículos siempre con el mismo modus operandi: de madrugada, tras salir de trabajar, elegía su «víctima» y, tras aparcar su Mercedes en una calle cercana, incendiaba los coches por la parte delantera, informaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía, que custodia los vehículos en los depósitos del Ayuntamiento de Madrid. Enrique espera ahora pasar a disposición judicial ante la incredulidad de su actual pareja: «Le acusan de quemar coches pero él no es así», relataban ayer en su vivienda.
EN PRIMERA PERSONA
Su última víctima
Cuando aparcó su Ford Transit en frente del almacén de metales que regenta no se podía imaginar que su vehículo amanecería quemado y que tendría que verse las caras con el pirómano de Arganzuela en comisaría. Los agentes habían intentado localizarle, sin éxito, en el teléfono de su taller y, cuando se dirigió a la comisaría para denunciar lo que le había ocurrido, Antonio Moreno se encontró con un hombre «bajito y calvo» al que habían identificado como autor del incendio de la furgoneta.
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