Pekín
Y Pepe cogió su fusil
Ernesto Segura de Luna dejó encauzada a la Federación Española de Baloncesto y con José Luis Sáez despegó. Desde 2004, cuando fue elegido presidente, ha acumulado éxitos deportivos y económicos, y luces y sombras. Es humano, luego falible. Con Pepu Hernández, sucesor de Mario Pesquera, alcanzó el basket español la cima del universo al ganar el Mundial de Japón en 2006; pero bajó un peldaño cuando en el Europeo de Madrid (2007) los rusos transformaron el oro en plata. La fama de Pepu, su carisma, su independencia y el subcampeonato terminaron por despedirle. ¿Tuvo celos Pepe Sáez del seleccionador? La exposición mediática de Pepu ocupaba tanto espacio o más que Gasol y Navarro; pero sirvió de excusa para la cancelación de su contrato el indemostrable compromiso con un club que nunca existió. Sáez, liberado de la presión de Hernández, apostó por Aíto García Reneses y la plata de Pekín pesó menos que las diferencias de éste con el vestuario. Que pase el siguiente. Entró Sergio Scariolo, a quien su trabajo como entrenador del Khimki no impidió dirigir a esa selección que mezclaba «juniors de oro» con recambios tan extraordinarios como Ricky, Marc o Rudy. Scariolo «recuperó» el oro continental (Polonia, 2009) y en el Mundobasket de Turquía se estrelló en cuartos. Ahí sigue. Las féminas lograron la primera medalla (bronce) en un Mundial (2010) y las categorías inferiores continúan siendo una mina. Luce el sol; pero Pepe ha cogido su fusil y dispara contra Alejandro Blanco sin que Gallardón, Coghen y Lissavetzky, la piña de Copenhague, le llamen la atención por culpar a Blanco del lío en Río. Obama aún piensa que se la jugó Rogge. Demasiado pronto se postula alguien para las elecciones del COE en 2013.
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