Galicia

Ocho siglos para la casa del peregrino

Un abrazo kilométrico para un cumpleaños a lo grande. Los compostelanos celebraron ayer el 800 aniversario de la consagración de la catedral de Santiago, y para festejarlo, hicieron un enorme círculo uniendo sus manos en torno al templo.

Los compostelanos se unieron ayer para celebrar el cumpleaños de la catedral de Santiago. En el centro, el alcalde compostelano y el arzobispo Julián Barrio
Los compostelanos se unieron ayer para celebrar el cumpleaños de la catedral de Santiago. En el centro, el alcalde compostelano y el arzobispo Julián Barriolarazon

Fueron más de 5.500 las personas que participaron en este rodeo como un homenaje popular al punto final del Camino de Santiago situado en el centro de la capital gallega que atrae anualmente a decenas de miles de turistas y peregrinos de varios países y que está inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Entre las personalidades que acudieron al acto, destacaron el alcalde de Compostela, Xosé Sánchez Bugallo, así como el consejero de Cultura, Roberto Varela, y el arzobispo Julián Barrio. Todos se reunieron en la céntrica plaza del Obradorio, cuyo nombre proviene, precisamente, de la zona en que el maestro Mateo procedió a las obras para cortar las piedras y demás labores para erigir ese edificio.

La catedral de Santiago esta construida en honor al apóstol Santiago, cuyos restos mortales fueron hallados en Galicia siglos después de su muerte en Jerusalén. Actualmente, el templo se encuentra sometido a varias obras de restauración y preservación, entre las que destaca el Pórtico de la Gloria.

Precisamente tomando como punto de partida este aniversario, el arzobispo compostelano ha confiado que este centenario sirva para «avivar la conciencia de presencia y pertenencia a la comunidad eclesial diocesana entre los creyentes». También ha explicado que la conmemoración debe «promover la espiritualidad de la comunión», una espiritualidad que «exige vivir la caridad, es decir, vivir y experimentar el amor divino que el Espíritu derrama en nuestros corazones para que nuestras relaciones fraternas puedan imitar, de forma lejana pero auténtica, los vínculos trinitarios».

«El sentimiento de la comunión sólo puede desplegarse en el ámbito de la verdad y en la obediencia de la fe», ha indicado el arzobispo, que ha considerado este acontecimiento «una ocasión providencial» para que «todos los fieles» de la Archidiócesis «den gracias a Dios por el don de la fe» y se preocupen «por transmitirlo a las generaciones de niños y jóvenes que se ven inmersos en situaciones de inclemencia para acogerlo».

Más pasión apostólica
Por ello, el prelado ha rechazado «contemplar con indiferencia» a «muchos bautizados que no se integran mediante una fe activa y el culto sacramental en la vida» de las parroquias y ha instado a los fieles a extender a ellos la «pasión apostólica» para «invitarlos a vivir en plenitud la vida de la gracia en la comunión eclesial». Por ello, ha demostrado su deseo de «homenajear» a la catedral, a la que ha considerado «maestra» cuando ha explicado la fe a través del Pórtico de la Gloria. Además, el arzobispo ha afirmado que cuidar la estructura arquitectónica de la catedral para «transmitirlos en las mejores condiciones posibles para los que vengas detrás».