«Violó a mi cliente y le hizo daño en la vagina y la espalda»

Nueva york- Sorprendido con la guardia baja, el abogado de Nafissatou Diallo, Kenneth P. Thompson, ha tenido que tirar de las «reservas» y sacar la artillería gruesa. Filtración por filtración, ayer hizo público, en una carta dirigida al periódico «The New York Times», el contenido del parte médico que certifica las lesiones sufridas por la camarera durante la supuesta agresión sexual. Y no ahorra, precisamente, los detalles morbosos de la denuncia: «Primero –explica el letrado– le manoseó los senos y, luego, le agarró la vagina con tal violencia que le produjo un enorme moratón con erosiones, tal y como se aprecia en las fotografías que le tomaron en el hospital».

Además, añade, «presenta una distensión en el hombro, causada cuando la tiró violentamente al suelo».

Las pruebas biológicas también existen: «La obligó a hacerle una felación y ella escupió el semen contra la pared y contra el suelo. Tenía, también, rastros en el uniforme».

Thompson sabe que la opinión pública norteamericana está a punto de darle la espalda y parece dispuesto a llevar de nuevo la batalla a ese resbaladizo terreno: «Mi cliente está preparada para comparecer ante las cámaras de televisión y contarle al mundo lo que le hizo Dominique Strauss-Kahn».

Muy convincente tendrá que mostrarse. El mismo periódico neoyorquino que tildaba a DSK de «depredador sexual» en cada uno de sus titulares, ayer abría página afirmando, «de fuentes solventes», que la camarera ejercía la prostitución.

En Estados Unidos, la mentira se perdona poco. Y, no hay que olvidarlo, Nafissatou Diallo ya había utilizado el recurso a una falsa agresión sexual para conseguir el asilo político.
«Mi cliente ha cometido errores en el pasado, pero eso no significa que mienta ahora». Todo un epitafio.