Ellos marcan estilo de vida

Los Victorio&Lucchino empapan su primera tienda de hombre de una exquisita colección bohemia y casual que recoge la esencia de la firma. No piensen en volantes. Ni en trajes de corto. Vayan más allá. A la esencia que ha hecho que José Víctor Rodríguez y José Luis Medina, alias Victorio&Lucchino, hayan pasado por encima de tendencias pasajeras, de aplausos de una temporada. Ése es el pilar de la primera tienda de hombre que han abierto en Madrid. Mostrar unas prendas con aire «preppy» y «country», pero con un toque de distinción que se palpa en los remates de las americanas, en la doble manga de las camisas... Y hasta en las paredes. Sí, porque todo lo que vean y toquen en Lagasca 28 está a la venta: los lienzos, los jarrones, las flores, la vanguardista colección de cerámica, el incienso que envuelve todo el espacio.

«Queremos precisamente que quien se adentre en la tienda, se sienta como en nuestra casa y vea que apostar por nuestra moda es apostar por un estilo de vida que implica las 24 horas del día». De ahí que junto a la extensa línea casual, también cuenten con la sastrería tradicional y nupcial que trabajan desde hace años. Y todo, a precios competitivos. No se crean que toca hipotecarse para un «made in Spain». De ello se ha encargado Gala Canut, que lleva las riendas del diseño de la colección masculina de los sevillanos, que ha sabido alternar la lana más rústica con pantalones chinos «slim fit» sofisticados. Un fichaje más que acertado.
Para aquellos que se queden enganchados con la tienda –ya verán cómo pican– y vean que lo suyo es el «total look» de la firma sevillana, la tienda cuenta con un tablet gigante Samsung SUR40 que escogerá de todos los productos de la tienda aquellos que se adecúen más al estilo, gustos y preferencias del cliente a través de una aplicación ideada por Microsoft. En otras palabras, un «personal shopper» digital. ¿La ventaja? Sólo se visualiza aquello del catálogo que verdaderamente encaja con lo que se a va poner. Pero sobre todo, no hay que probarse todas y cada una de las prendas una vez que han quedado registradas por primera vez las medidas en el atelier.