Balón de Oro
El heredero
«Thiago es un genio. Siempre he dicho que en el futuro va a ser el mejor del mundo». Las palabras de Muniain después de ganar la Eurocopa Sub'21 se deben a algo más que el extraordinario gol que marcó en la final.
El centrocampista del Barcelona aguanta todo, los marcajes de los rivales, los elogios de los compañeros y las eternas comparaciones con Xavi e Iniesta. Thiago explica su gol en la final con la misma naturalidad con la que juega al fútbol. «Es algo que te sale sin parar a pensarlo. Son tomas de decisiones que haces durante el partido. Una reacción que tiene el jugador dentro del campo». Un acto reflejo. El mejor jugador de la final sobrevive al elogio apoyado en la experiencia de un padre futbolista, Mazinho, que ejerce también de representante.
«Le ayuda tener un padre que ha sido futbolista, igual que a su hermano Rafa. El apoyo de Mazinho es importante», razona Milla. Pero el seleccionador no quiere que se presione al futbolista poniéndolo a la altura de los campeones del mundo. «Tiene muchas condiciones. Le falta mucho para llegar al nivel de Iniesta o Xavi. Puede aportar muchas cosas, pero todavía tiene que mejorar», explica el técnico. «Le falta la humildad de Xavi o Iniesta», añade. Su éxito está en la diversión. «Los brasileños juegan con música en la cabeza», dice, «y yo juego a ritmo de samba». Por eso en el campo se atreve a hacer cualquier cosa con la pelota.
Y, aunque tiene que aprender, mejora a Xavi e Iniesta en algunas cosas. Por ejemplo, en el disparo. A los dos campeones del mundo les tuvo que explicar Luis Aragonés que en el fútbol el dinero está en el gol. Era su manera de decirles que tenían que atreverse más con el remate para ser decisivos. Thiago nació sabiéndolo. Por eso ahora le quieren todos, aunque el Barcelona le hizo contrato del primer equipo para que su cláusula de 10 millones se triplicara. Quien lo quiera tendrá que pagar 30.
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