Barcelona

El reto del equilibrio

La Razón
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Planta segunda del Hotel Majestic. Cuartel general de CiU desde hace más de treinta años. Artur Mas, Josep Antoni Durán i Lleida y el ex presidente Jordi Pujol, saborean los resultados. Han pasado ocho años de travesía del desierto, y el candidato está mucho más curtido. Arrancar una victoria, tras dos ganancias electorales, que quedaron en nada por malas jugadas políticas, modifica las cosas. El escenario pega un giro radical. Los tres líderes aúnan un mensaje: convulsión electoral en Cataluña, derrumbe del Partido Socialista, grietas en el nacionalismo radical y, nosotros, con humildad, a un gobierno para todos. La situación económica no está para bromas.
Si algo caracteriza a CIU, desde su fundación, es el puro pragmatismo y una actitud, en el Congreso, de pertinaz responsabilidad. Aquel famoso «Espíritu del Majestic», fraguado bajo el Gobierno de José María Aznar, merced a los buenos auspicios de Pujol, Durán y Rodrigo Rato, consolidó una de las más prósperas etapas económicas del país.
El gran reto de Artur Mas, a caballo entre sus facciones más soberanistas y un voto moderado que confía en su gestión, será el equilibrio. En sus manos está priorizar la economía, la demanda empresarial para sacar adelante una tierra ralentizada y atenazada por un tripartito excluyente, motor, en parte, de la debacle de un PSC en su peor momento político.
La victoria de CiU es la antesala de unas municipales que pueden arrancar a los socialistas su tradicional feudo de Barcelona. Y el preludio de otras elecciones que, de mantener a José Luis Rodríguez Zapatero como candidato, puede dejar a los socialistas sin cimientos. Pero, sobre todo, inaugura un nuevo Eje Barcelona-Madrid. Es la hora del «seny», con sentido de Estado.