Violencia

Me inquieta la violencia. Por eso tomo con entusiasmo las conclusiones del estudio realizado por la Fundación Pfizer sobre «Juventud, violencia y valores sociales». La entidad que preside Elvira Sanz se ha adentrado en ese mundo inquietante en el que los padres y educadores no saben qué hacer. Según los datos resulta que 3 de cada 4 jóvenes consideran que los comportamientos agresivos o violentos son muy o bastante habituales en la sociedad española actual, es aún mayor en el caso de los padres (83%), aunque claramente inferior entre los profesores (59,9%). Los jóvenes creen mayoritariamente (97%) que los comportamientos violentos y agresivos son poco o nada habituales en su ámbito familiar, siendo los centros de ocio (33,3%) y el entorno escolar (25,6%) donde se dan con mayor frecuencia.En cuanto a las causas que ejercen mayor influencia en el desarrollo de estos comportamientos se apuntan de forma mayoritaria el consumo de alcohol y las drogas seguido de haberlos vivido en su entorno más próximo. Tres de cada 10 alumnos conocen algún caso de maltrato psicológico directo padecido por algún profesor ejercido por sus alumnos y 1 de cada 4 menciona algún caso de daños materiales sufridos por los docentes. De forma mayoritaria, los profesores opinan que nuestra sociedad ha convertido a la escuela en la principal responsable de la educación y socialización de los jóvenes, por encima de las propias familias (93,5%), que es casi el único espacio donde hay mecanismos de detección de comportamientos violentos de los jóvenes (78,7%) y que en cuanto a la intervención ante estos comportamientos en la escuela, los profesores no cuentan con suficiente autoridad ante padres y alumnos. Es lo que hay.