Estados Unidos
Un Polanski a la inversa
Podría interpretarse que Amanda Knox es la otra cara de la moneda de Roman Polanski. En 1978, el director de cine puso pies en polvorosa después de que las autoridades estadounidenses le acusaran de abuso sexual de una adolescente de 13 años. Estuvo en la cárcel apenas 42 días, aunque todavía se arrastra por el mundo con un nudo en la garganta por si Estados Unidos pide su extradición, como ocurrió hace unos meses.
El caso de Amanda Knox ha sido mucho más rocambolesco. Esta joven anónima se ha convertido en una celebridad por ser declarada inocente por un tribunal italiano de la acusación de haber asesinado, junto a su ex novio, a la joven británica Meredith Kercher, después de pasar cuatro años entre rejas. Una desgracia se mire por donde se mire, pero una desgracia muy rentable. Será difícil que Knox, que ya está en Estados Unidos, se resista a contar un día sí y otro también en todos los programas de televisión y las publicaciones de su país lo mal que lo ha pasado en prisión. En su momento ya publicó un libro. Sin embargo, nada es comparable con narrar a viva voz –compungida, por supuesto– ante la Oprah Winfrey de turno su odisea. Hollywood también le extenderá un cheque con un numeroso sustancioso de ceros para que cualquier actriz de postín se meta en su piel y convierta en ficción lacrimógena su sufrimiento. Puede que nada de esto ocurra, que Amanda Knox haga lo posible y lo imposible para volver a una vida normal. Lo malo es que su vida ya nunca estará dentro de los parámetros de la normalidad.
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