Strauss-Kahn se salva por la prescripción del delito

París- A partes iguales entre decepción y alegría. Así confesó sentirse ayer la periodista francesa Tristane Banon al conocerse que la Fiscalía de París había decidido archivar su denuncia contra Dominique Strauss-Kahn por intento de violación.

Tras una investigación preliminar que ha durado varias semanas, el ministerio público no ha encontrado pruebas suficientes ni concluyentes de un delito de violación – que prescribe a los diez años– pero sí estimado que hubo agresión sexual por parte del político galo, aunque los hechos habrían prescrito a los tres años, es decir, en 2006.

Aunque insatisfactoria, según Banon, la decisión judicial constituye una «primera victoria» según su abogado, David Koubbi, al quedar demostrado que no se trata de un «caso vacío» ni de «hechos imaginarios» como los calificó Strauss-Kahn. En su declaración ante la policía francesa el pasado mes de septiembre, DSK reconoció haber intentado besar a la periodista, de 24 años en aquel momento, a la que había concedido una entrevista en un apartamento de París, considerado como un «picadero». Según Banon, el político se abalanzó sobre ella terminando en forcejeo.

La Fiscalía se ha basado en esa confesión para calificar los hechos de «agresión sexual», una interpretación que no compartía ayer ni la defensa ni el entorno de Strauss-Kahn, indignados por el hecho de que «un beso» pueda ser tipificado como delito. «Ni desde mi punto de vista, ni del de la jurisprudencia, a eso se le llama agresión sexual», replicaba Frédérique Beaulieu, una de las letradas del socialista galo.

El sobreseimiento del caso, por prescripción pero no por ausencia de delito, no exculpa definitivamente a DSK ni deja limpia su imagen. «Ahora tendrá que contentarse con estar en la categoría de agresor sexual no juzgado, escapando de una condena pero no de la sospecha legítima en cuanto a su comportamiento hacia las mujeres», contraatacaba el abogado de Banon, con quien va a consultar la posibilidad de continuar las acciones legales.

En varias ocasiones la escritora que ha amenazado con interponer una denuncia personándose como acusación civil si la Justicia archivara su causa. Este procedimiento implica la revisión del caso y un nuevo análisis por un juez de instrucción.

Un oscuro futuro político
El tiempo ha jugado en su favor, porque el paso del tiempo le ha evitado a DSK un proceso y una probable condena por haber agredido sexualmente a Tristane Banon, tal y como admitió ayer la Fiscalía de París. Pero la ya poco inmaculada reputación del socialista francés, que cuenta varias infidelidades y escándalos en su haber, ha quedado manchada por largo tiempo. Aunque favorable judicialmente, el dictamen emborrona la posibilidad de una pronta rehabilitación política, como pareció indicar en una entrevista en televisión el frustrado candidato al Elíseo al regresar a Francia tras cuatro meses retenido en EE UU por el caso de la camarera del Sofitel. DSK pretendía una progresiva vuelta a la vida pública tras las primarias , pero el regreso se antoja difícil. Sus incondicionales en el Partido Socialista apenas caben en una mano y cada vez son más los que le prescriben un «retiro» de unos meses ya que juzgan su apoyo «un lastre» más que una baza.

50.000 euros por un plató
La decisión de la Fiscalía de París coincidió ayer con la salida a la venta del libro de Tristane Banon titulado «Le bal des hypocrites» (El baile de los hipócritas) en el que da testimonio del intento de violación por parte de Dominique Strauss Kahn y explica por qué decidió llevarlo ante los tribunales ocho años después. En las 128 páginas, la periodista no se refiere por su nombre a DSK y lo hace a través de expresiones como «cerdo» o «primate». Las solicitudes de entrevista se suceden por todo el globo. Un canal norteamericano ha ofrecido a Banon 50.000 euros por ir a su plató.