Antes y después por Lorenzo Sarmiento

La pesadilla toca a su fin. Y lo que empezó como un manifiesto expolio de nuestro patrimonio acaba de concluir: las monedas robadas por Odyssey volverán a España para honrar a los marinos que murieron en el naufragio del buque que las transportaba. La violación de una tumba de guerra ha tenido el mismo efecto negativo que la apertura de la tumba del faraón Tutankamon. Pero quizá, lo más importante desde el punto de vista práctico sea que habrá un antes y un después entre los «caza pecios», pues, estas concluyentes sentencias han constituido un aviso a navegantes para que se abstengan de realizar estas recuperaciones ilegales no consentidas. Desde la llegada de los robots submarinos de última generación todos los pecios del mundo estaban en peligro. Tras el «caso Odyssey», las naciones titulares de barcos de estado naufragados en diversas partes del mundo saben que pueden impugnar y ganar todas aquellas violaciones que se cometan contra su patrimonio. Sin embargo, nada de esto se hubiera producido si los medios de comunicación de este país no hubieran tomado el tema como bandera, forzando a la clase política a tomar decisiones sobre un tema del que sabían muy poco, e interesaba menos todavía. Gracias a todos; el éxito os pertenece.

Lorenzo Sarmiento
Abogado maritimista