Barcelona
Superhéroes reporteros y dibujantes preparan el salto al cine
Viven hoy uno de los matrimonios más sólidos. Superhéroes, reporteros europeos y dibujantes de Bruguera se preparan para el salto a la pantalla. El Salón del Cómic ha sido testigo
¡Felicidades, señor Guiraud!». «¡Pero si yo no cumplo años hasta el 8 de mayo!». «Hoy es 8 de mayo». «¡¿Hoy?! ¡Es cierto! ¡No me acordaba!». Jean Giraud, más conocido como Moebius por los lectores de comics, se convirtió ayer, despistes aparte, en la estrella indiscutible del Salón del Cómic. Él es uno de los dibujantes que confía en el cine como uno de los medios por los que se puede prolongar el éxito y la influencia del mundo de las viñetas.
El dibujante francés se refirió ayer a su experiencia en Hollywood: «Creo que represento un caso particular. Nací en 1938 y empecé a trabajar después de la II Guerra Mundial. Sentía un gran deseo por escapar de la cultura francesa, inmersa en aquel tiempo en un sentimiento de culpa y revancha. Por eso busqué las que creí que eran las bases de mi cultura y me marché a Estados Unidos, país en el que aceptan los implantes culturales. Así pude trabajar en el cine, el cómic y otros medios. Si vives allí te aceptan muy bien», dijo Giraud. Un artista independienteEl autor no se queja de lo que han sido sus colaboraciones con nombre como Luc Besson, Ridley Scott, James Cameron y George Lucas. «Siempre he sido muy libre. Han sido los realizadores quienes han venido a mí, y no al contrario. Por eso no podían imponerme sus ideas. No he sido un artista sometido a ellos», aseguró. En este sentido guarda buen recuerdo de los directores con los que ha trabajado. De Lucas, con el que colaboró en «Willow», apunta que «es un gran coleccionista de arte, pero me parece un millonario misterioso en la línea de Howard Hughes, aunque sin su locura», mientras que a Luc Besson, que contó con Moebius para «El quinto elemento», le definió como «un visionario. En sus películas demuestra que el sistema estadounidense es aplicable en Europa sin caer en la copia. Produce serie b de gran calidad».Besson es el responsable este año de otra adaptación cinematográfica de un cómic: «Las Aventuras Extraordinarias de Adèle Blanc-Sec», una de las creaciones más celebradas de Tardi, otro de los protagonistas de la nueva edición del Salón Barcelona. A Tardi no le gusta en exceso mojarse cuando se le pregunta por la cinta. Reticente y huidizo, apenas pudimos arranvcarle que «no es una adaptación precisa porque él ha ido tomando las situaciones que le interesaban y las ha comprimido. Yo no he participado en el guión. No sé muy bien qué público tiene el libro, pero está claro que Besson lo ha rejuvenecido».El matrimonio entre viñetas y fotogramas goza de buena salud y ése ha sido uno de los ejes de la edición del Salón que hoy cierra sus puertas. No es para menos. El reciente éxito de títulos como «Iron Man 2» o el apoyo que los grandes estudios prestan a otros certámenes dedicados al cómic, especialmente el de San Diego (EE UU) viene a demostrar que se está buscando en el llamado noveno arte un buen vehículo con el que explicar historias.Un dibujante tras la cámaraHay también casos curiosos como el de dibujantes que dejan el papel para ponerse tras las cámaras. A principios de año, el dibujante Joann Sfar –de quien Salamandra acaba de editar su adaptación al cómic de «El principito»– sorprendía con su esperada película «Serge Gainsbourg (Vie héroïque)», un «biopic» del mítico cantante y compositor francés. Sfar ha publicado también una estupenda versión en cómic de su filme, con más de 400 páginas de mágicas ilustraciones. En el horizonte de los amantes de las historietas está la muy deseada llegada al cine del reportero más famoso de todos los tiempos.
El Tintín de Hergé, después de algunos intentos fallidos, es ahora el proyecto cinematográfico que ha unido a Peter Jackson y Steven Spielberg, dos colosos del séptimo arte que nunca han ocultado su admiración por Hergé. En el más absoluto secretismo ruedan «Las aventuras de Tintín: el secreto del unicornio», una cinta de dibujos animados en tres dimensiones. Es éste también un intento por explorar un campo que no ha logrado seducir aún a Estados Unidos, como es el del cómic europeo. Moebius encuentra una explicación para este tema: «Los estadounidenses, al igual que los japoneses, siempre han tenido un sentido de conquista del mundo con sus comics. En Europa nunca ha sucedido eso porque se vive con ciertos remordimientos».Segura y «El gran Vázquez»Manuel Vázquez fue el padre de algunos de los mejores personajes de la factoría Bruguera, como las hermanas Gilda y Anacleto, agente secreto. Sin embargo, su mejor creación fue él mismo, como lo demuestra la película «El gran Vázquez», dirigida por Óscar Aibar y protagonizada por Santiago Segura en el papel del personaje. Pese a que no se verá hasta este otoño, ayer se mostraron imágenes en el salón. Segura dijo a LA RAZÓN que ésta «ha sido una experiencia muy peculiar porque nunca me había metido en la piel de un personaje real. Era una gran responsabilidad, pero teníamos a su hijo de asesor. Cuando al final de una escena me llamó papi, supe que iba por buen camino. Yo soñaban con ser Vázquez lo mismo que otros lo hacen con Salgari o Azaña». Admirador desde su infancia del dibujante, cree que su personaje fue «un genio, pero también un jeta y un vividor. Cuando empezamos el rodaje, Ibáñez, el autor de Mortadelo, dijo que veía normal que se hiciera una película sobre Vázquez». Precisamente Ibáñez aparece como personaje en la cinta donde se recrea también la editorial Bruguera: «Cuando vi el decorado me pareció como entrar en Camelot. Tanto Aibar como yo hemos sido guionistas de comics y estar en el plató con las mesas de los dibujantes, nos impactó. Todo Se ha reconstruido con mimo», confiesa. Segura.
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