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Uli Hoeness y «el otro» ejemplo alemán

La Razón
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Madrid- «Es impensable. Pagamos cientos de millones de euros a España para que salga de la mierda y los clubes no pagan las deudas. No puede ser», comentó indignado el presidente del Bayern de Múnich, Uli Hoeness. La Bundesliga es un modelo de gestión desde que en 2002 tuvo que enfrentarse a la quiebra del grupo Kirch, la operadora que les había prometido el pago de un generoso contrato por los derechos de televisión, 1.500 millones de euros por cuatro temporadas. Los clubes alemanes aprendieron a gestionarse de manera diferente. Se vieron obligados a vender a sus estrellas y a no competir por los grandes fichajes. Algunos clubes también necesitaron ayuda –al Schalke de Raúl le salvó el millonario patrocinio de Gazprom–, pero todos se volcaron con los aficionados. La Bundesliga protege al espectador sin exprimirle. Las entradas son las más baratas de las grandes ligas, en cada partido se reserva un 10 por ciento del aforo para el equipo visitante y los estadios están llenos. Diez años después de la crisis, la Bundesliga es la competición más solvente de Europa y sigue creciendo, un 3 por ciento en 2010. Limita el gasto en salarios al 42 por ciento del presupuesto de los clubes y garantiza los pagos a los jugadores. La ausencia de grandes fichajes obligó a los clubes a mirar la cantera. La Federación «copió» el trabajo que se hacía en España con las divisiones inferiores y la selección vuelve a competir por todo. Es el momento de copiarles a ellos.