País Vasco

Los hombres de negro por Alfonso Merlos

La Razón
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La cabra tira al monte. Quienes viven en la obsesión de blanquear a una execrable organización terrorista vuelven a la carga. Probablemente porque han hecho de ese innoble fin su barriobajero oficio. Seguramente porque lo han rentabilizado de la forma más miserable e indecente que un español recto y sufrido pueda imaginar.

Así son ellos. Y no hay por donde coger a estos timadores. Porque su actitud únicamente puede tener como raíz la ignorancia o el cinismo. Sólo una «troupe» de ignorantes puede pensar que el objetivo de una banda asesina como ETA es matar o extorsionar o amenazar, y no conseguir el poder político que no dejan de aglutinar infiltrando con sus sucias papeletas las instituciones. Y sólo una peña de cínicos puede plantarse tan campante en el País Vasco para proclamar con toda la fanfarria y la solemnidad que por vez primera se vota bajo la atmósfera limpia de la libertad.

¡¿Es el de Sortu, Bildu y los batasunos de toda la vida el imperio de lo justo, lo libre, lo pacífico o lo digno?! ¿Qué tipo de ofensa a la razón es esta? ¿De qué van estos siniestros hombres de negro? ¿Qué clase de sepulcros pretenden limpiar? ¿En calidad de qué saltan a la palestra estos intoxicadores profesionales, estos liantes? ¿Se instituirán en procuradores, en abogados, en interventores, en apoderados, en jueces, en notarios o simplemente en catedráticos de la nada?

A nadie van a engañar estos estrambotes dispuestos a traficar con el sufrimiento y la memoria de las víctimas del terrorismo. Pero no podemos permitir que los socialistas se burlen de nuestro pasado. Y menos que los testaferros de un entramado criminal presenten como avalistas en unas elecciones a un puñado de indocumentados que son la enésima piedra en la lucha verdadera de los ciudadanos de siempre contra el totalitarismo de siempre.