Cataluña

Impulso necesario para una Europa dubitativa

La Razón
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El Premio Nobel de la Paz reconoció ayer en la UE sus indudables valores y logros. Parece imposible discutir «sus más de seis décadas de contribución al avance de la paz y la reconciliación, la democracia y los Derechos Humanos en Europa», según el fallo. El Premio llega en momentos dubitativos y renqueantes del proyecto común, con fantasmas como los renacidos nacionalismos y la Europa de las dos velocidades. Volver atrás sería un gran error. Resulta crucial que los líderes comunitarios asuman que la solución a los problemas sólo llegará si se apuesta por más y mejor Europa.

Firmeza económica contra la precipitación
«Lo necesario es fijarse en las medidas y no en los resultados nominales». Las palabras del ministro de Economía, Luis de Guindos, incidieron ayer en la línea de firmeza y de prudencia de la política económica del Gobierno. Esa convicción le permitió admitir que la revisión del ajuste fiscal en nuestro país para frenar el deterioro económico, como planteó el FMI, es una opción, pero que lo primordial, más allá de las presiones, es acertar y mantener el ritmo y la ambición reformistas.

Artur Mas hace trampas en el solitario
En una entrevista en «La Vanguardia», el presidente de la Generalitat, Artur Mas, aseguró que la pregunta del referéndum soberanista sería: «¿Desea usted que Cataluña sea un nuevo estado de la Unión Europea?». En fin, ya puestos, Artur Mas podría haber añadido a su pregunta si los ciudadanos de Cataluña desearían cuatro pagas extras o más vacaciones. Las trampas permiten cualquier cosa. Todo parece indicar que jugará con la ambigüedad intentando radicalizar la situación para instalarse en el victimismo.