Venezuela
Los trasplantes no tienen recuerdos
La posible donación de los órganos del asesino de El Salobral levanta la polémica. La ONT rechaza que la conducta del donante influya en el receptor
MADRID- ¿Podría alguien heredar la personalidad, las vivencias o la energía de otro ser humano a través de la donación de uno de sus órganos? ¿Influiría en el receptor el hecho que ese supuesto donante altruista hubiese sido en realidad un criminal? Aunque no existe una respuesta sencilla a estas cuestiones, lo cierto es que pensar que el alma –para algunas religiones y culturas, la sustancia espiritual e inmortal de las personas– pueda pasar de un individuo a otro, no cuenta con ninguna base científica que lo sustente, según reconocen los expertos. Queda pues esta teoría para los dibujos animados, como cuando Homer Simpson, tras recibir un trasplante capilar de Snake, un conocido criminal de Springfield, recibe junto a su cabellera su conducta delictiva.
El origen de la controversia hay que buscarlo en las declaraciones de la periodista Mariló Montero, que el pasado martes expresó sus dudas por la conveniencia de que alguien pudiese recibir los órganos de Juan Carlos Alfaro, un asesino que este fin de semana acabó con la vida de dos personas en El Salobral (Albacete) y luego se suicidó de un disparo en la cabeza. La presentadora de «Las mañanas» de TVE afirmó que «no está científicamente comprobado, pero nunca se sabe si ese alma se está trasplantando también en ese órgano». Aunque finalmente los órganos vitales del asesino de Almudena Márquez, de 13 años, y de Agustín Delicado, de 40, no acabaron siendo trasplantados a ninguna persona a pesar de Alfaro era donante, el caso ha causado gran revuelo en las redes sociales, con voces tanta a favor como en contra de esta posibilidad.
Para Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), se trata de una polémica que no tiene ningún sentido. «Ante una donación de órganos sólo se valora la situación clínica del donante», dejando así de lado la posible conducta delictiva o conflictiva del donante. «No tiene sentido pensar que el alma de una persona fallecida pueda ser trasmitida a otra a través de la donación, ya que el corazón, los riñones, los pulmones o el hígado son órganos sin memoria», dijo Matesanz desde Venezuela.
De hecho, «el único órgano del ser humano con memoria es el cerebro, y de éste no se hacen trasplantes», asegura el neurólogo Macelo Berthier. Para este especialista, la ONT es un organismo muy riguroso, por lo que cree que ,si hubiese la más mínima duda, no se aceptaría este tipo de donaciones. No obstante, y dado que no contamos con exámenes psiquiátricos de los donantes que por ejemplo mueren en accidente de tráfico, «no podemos saber si esa persona era esquizofrénica o tenía un trastorno bipolar. Quién sabe qué pasaría si estuviésemos en el siglo XXIII y el trasplante de cerebro fuese posible», apunta.
«Toda nuestra memoria y todos nuestros recuerdos están en el sistema nervioso central, que es lo que se destruye al llegar a la muerte cerebral», insiste Matesanz. No hay por tanto «nada que contradiga que una persona con una conducta vital determinada» pueda ser donante. «La vida que haya llevado esa persona o las consideraciones morales quedan fuera de sitio a la hora de donar, y además no están recogidas en ninguna legislación.
En cualquier caso, el receptor de los órganos nunca habría sabido la procedencia de los mismos, pues la ley española garantiza el anonimato del donante. No obstante, en el caso de que pudiésemos conocer la identidad de nuestro «salvador», sí podría influirnos, tanto para bien como para mal. «Depende de la personalidad del receptor, pero indiscutiblemente estaría condicionado por el perfil del donante», explica el psicólogo Valentín Martínez-Otero. «Somos seres psico-orgánicos y el hecho de saber que llevamos el corazón de un criminal o de una persona bondadosa puede sugestionarnos, hasta el punto de llegar a influir en nuestro estado de salud», concluye.
Los trasplantes con «alma» de Mariló
La presentadora de «Las mañanas de TVE», Mariló Montero, pidió ayer disculpas «a quienes se hayan sentido ofendidos» por sus reflexiones acerca del paso del alma de una persona a otra a través de la donación de un órgano, pero no dio su brazo a torcer. De hecho, el día anterior había asegurado que había sentido tranquilidad al saber que los órganos del asesino de El Salobral no iban a «dar vida a nadie». Aunque reconoció que sus declaraciones eran «desafortunadas en opinión de algunos», la periodista volvió a la carga. «Me gustaría comprobar con tiempo si eso científicamente está comprobado». Montero, que dijo ser donante de órganos, puntualizó que no pretendió «cuestionar la decisión generosa de ninguna persona que haya decidido donar sus órganos, independientemente de su vida personal».
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