España

Churchill

La Razón
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Churchill dijo que la democracia es el menos malo de los sistemas políticos, pero realmente lo que dijo fue que la democracia es la necesidad de inclinarse de cuando en cuando ante la opinión de los demás. También dijo que el problema de su tiempo era que los hombres querían ser importantes y no útiles; España necesita gente útil y no personas importantes, porque de tanta importancia como algunos creen que tienen, nos estamos muriendo como país. La Aristocracia es el gobierno de los mejores, y además se define una forma de gobierno en la que el poder soberano radica en un número reducido de personas a los que se les atribuye ser las más calificadas tanto para gobernar como para elegir a los gobernantes. Hoy nadie asumiría en términos democráticos un gobierno así, entre otras cosas, porque no nos podríamos de acuerdo sobre quiénes son los más listos e inteligentitas, pero como me decía un día un buen amigo de mi pueblo, ¿por qué está tan reñida a veces la democracia con un gobierno de los más preparados, en suma de los más inteligentes? En una oligarquía la sabiduría o la inteligencia son los únicos criterios para identificar a las personas que deben gobernar, pero al final preferimos, por fortuna, la democracia, el gobierno del pueblo. Pero no son dos modelos incompatibles, lo ideal es que a través del refrendo popular se eligiera a los mejores; para ello, se debe intentar que los mejores tengan interés por lo público, por los problemas de sus conciudadanos y eso en España no ocurre; tenemos a los mejores dirigiendo las grandes empresas, llevando la excelencia a su profesión, pero no les motiva lo público, la verdad es que es comprensible. La aristocracia se asimila a la democracia, sobre todo a la democracia representativa, en el hecho de que en ésta se atribuye al pueblo la elección de los mejores candidatos para gobernar, pero se diferencia de aquélla por el hecho de que en la democracia todas las personas están habilitadas en igualdad de condiciones, dando como resultado no el gobierno de los mejores o mayorías cualitativas sino de las masas o mayorías cuantitativas. Es obvio que la inmensa mayoría defendemos esto, la plena igualdad de oportunidades, pero también deseamos tener suerte y que al final a los que elijamos, además de ser los mejores, lo hagan bien. Pero insisto, no es incompatible un pueblo inteligente, y España lo es, debería elegir a los mejores, y más en un momento como el actual, necesitado de gente que realmente sepa hacer las cosas, y no tarde, mal y nunca. Platón y Aristóteles, al hablar de aristocracia, emplearon la palabra en su sentido original para Platón, «los mejores» eran los filósofos, buscadores de la verdad y de un claro sistema ético. Aristóteles distinguió la aristocracia de la monarquía, gobierno de uno solo, y de la democracia, gobierno del pueblo. En la teoría aristotélica, los pocos ejercen el poder en beneficio del todo, y cuando no lo hacen así, la aristocracia se convierte en oligarquía, gobierno de facción. Pero esto también ocurre en Democracia: a veces gobiernan los facciosos, los que solo piensan en sí mismos y en los suyos, y no en el bien de la generalidad. También decía Churchill que en momentos de crisis cada persona debe hacer solo aquello que sabe hacer, y no otra cosa, a veces en nuestro país parece que ocurre lo contrario, la gente se empeña en hacer lo que no sabe hacer, y el problema es que todos lo acabamos pagando. La verdad es que resulta imposible pensar que Churchill dijo tantas cosas, pero sí es cierto que dijo aquello de que un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad, y eso es lo que necesitamos en España en estos momentos, gente que sepa hacer las cosas y que tenga ganas de hacerlas. Hacen falta responsables con principios y valores, que piensen en el bien de todos, y no sólo de los suyos, que unan y no dividan, que en suma trabajen para aquellos que les han dado la legitimidad para gobernar y no para sí mismos. Hacen falta, como diría Javier Cercas, héroes de retirada, dispuestos a darlo todo por su país. Cuando uno se enfrenta a los informativos se da cuenta que es imposible que algunos y algunas hayan llegado tan lejos en su vida y un país haya caído tan bajo. España necesita más que nunca gente inteligente buena y excelente, y la democracia vale para ello. España tiene infraestructuras, buen clima, suelo, gente excelente, ¿que más se puede pedir? Pues eso, que la gente excelente se decida y se dedique a lo público, a gestionar los intereses de sus conciudadanos, porque así, al final a todos nos ira muy bien, puesto que de ideología también se muere.