Córdoba

El batacazo monumental

La Razón
La RazónLa Razón

Hasta ahora sabíamos lo que se pensaba en la calle. Bastaba con pegar la oreja en cualquier bar y esperar a que el politono de un teléfono te hiciera llegar el más puro y profundo sentir de los parroquianos con un exabrupto contra Zapatero o una hostia musical dirigida contra el Gobierno. El cabreo y los insultos han llegado hasta los politonos de los teléfonos que la gente lleva a los bares mientras se toma una tapa de tortilla pero ahora, además, también sabemos lo que piensan desde dentro los capitostes del partido. Más o menos es lo mismo que lo que piensa la calle, pero con mucho más conocimiento de causa y más trienios.
Nos lo ha puesto a huevo el diputado cordobés Juan Luis Rascón, que se ha despachado a gusto (él dice que inocentemente) en un blog personal con el que nos venía dando algunas otras alegrías desde noviembre a los que escribimos artículos. Qué más hubiéramos podido desear que atribuir a una fuente bien informada socialista que «el batacazo» que se darían en las generales será «monumental», que el resultado de Córdoba igualmente «va ser terrible» y que en «Andasulía» –la incorrección es suya– «asistimos al final de un ciclo político». Pues todo eso lo ha dicho él solo, y también él sabrá por qué. Un tío que es juez, que además ha escrito una decena de libros solventes sobre derecho y que lleva dos legislaturas en el Congreso como diputado socialista. Pero lo peor ni siquiera son los augurios para el futuro cercano que nos hace, sino los elementos de juicio que le llevan a hacerlos y a manifestarlos de manera tan inconsciente. Por ejemplo, que los socialistas lo han venido haciendo muy mal en su tarea de gobierno, que la gente está tan cansada de ellos que la marca PSOE levanta ampollas y que ya es hora de que otros vengan para que intenten hacerlo mejor. Siendo socialista, el diputado Rascón piensa exactamente lo mismo que la calle en sus politonos de tajo y cantina y hasta coincide con ella cuando dice –como muchos a los que hasta ahora han venido llamando fachas y antidemócratas– que el Partido Socialista se ha convertido en una agencia de colocación para quien busca un chusco a través del partido y está dispuesta a matar por él («por el chusco», que «no por el partido», y la apreciación igualmente vuelve a ser suya).
Desconozco el futuro que a este hombre le queda en el PSOE (Pizarro le ha pedido esperanza, que es lo último que se pierde cuando no queda nada más) pero desde luego lo tendría como augur.