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El motor exportador amenaza con griparse
MADRID- Exportar se ha convertido en una cuestión de supervivencia para las empresas españolas en los últimos años. La atonía del consumo interno –las ventas minoristas sólo han crecido en febrero, marzo y junio de 2010 desde el verano de 2008– ha empujado a las compañías a buscar nuevos mercados para sobrevivir. Y lo han hecho de forma exitosa, tras aumentar en 2010 un 12% sus ventas en el exterior con respecto a 2008, según un informe de S&P. Tan bueno ha sido el balance, que sólo las exportaciones de bienes y servicios evitaron que el PIB de España retrocediera en el tercer trimestre del año.
Pero el único motor, junto con el turismo, que ha sostenido en los últimos trimestres la economía nacional se está parando. Si en los dos últimos ejercicios ha funcionado a plenas revoluciones, ahora empieza a hacerlo «al ralentí», como resume de forma gráfica Luis Marijuán, profesor del Master de Dirección de Comercio Internacional del ESIC. Todas las previsiones apuntan a un notable retroceso del crecimiento exportador para 2012. La UE estima que aumentará un 3,8%, frente al 8,3% de este ejercicio; Funcas lo deja en el 4,1% y el BBVA, en el 5,1%.
¿Qué está produciendo esta ralentización? Algo sencillo: que la economía mundial, y en especial la de la eurozona, destino principal de las exportaciones españolas, se está parando. «No podemos comprar porque no tenemos dinero, nos lo gastamos en intereses de la deuda. Y si los que tienen son cada vez más pobres, es difícil vender», resume Joaquín Trigo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE).
Un nuevo modelo
Tal vez hace unos años, cuando el sector de la construcción avanzaba a todo trapo creando millones de empleos y empujando con fuerza el PIB, España pudiera permitirse un sector exterior frágil. Pero la recesión ha demostrado que los tiempos del pelotazo inmobiliario no volverán y que hay que repensar el modelo productivo español. Y en este nuevo diseño, como reconoce el BBVA, el sector exterior juega un papel decisivo. «La clave del crecimiento a medio plazo en España se encuentra en el sector exterior», apunta en su último boletín sobre coyuntura la entidad.
En la situación actual, «somos muy poco competitivos para exportar, y menos si no podemos devaluar nuestra moneda», dice Marijuán, que añade lo que parece obvio: que es imposible competir en costes de producción con países como China o India. S&P también reflejaba en un reciente informe que la reducción de los costes laborales unitarios –que miden los costes salariales necesarios para producir una unidad y que determinan, por tanto, la productividad y la competitividad»– es pequeña. El ajuste apenas se reduce, añade, al descenso de salarios de algunos sectores.
Así las cosas, Marijuán, amén de pedir que se siga perseverando en mejorar la competitividad, apunta a la especialización como punto fuerte. «Debemos vender aquello en lo que somos referentes mundiales, como tecnología ferroviaria o infraestructuras», afirma. Las grandes compañías llevan años haciéndolo con éxito, pero las pequeñas no lo tienen tan fácil. Sobre todo en un contexto de sequía de crédito. Hace unos días, el Club de Exportadores pidió que se aseguren los recursos crediticios porque son una «prioridad básica» para facilitar las ventas fuera.
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