Grecia
Hasta los detectives andan en crisis
El teniente Jaritos tiene mucho trabajo. Hay un tipo por ahí empeñado en jubilar banqueros antes de tiempo. Un asesino que ha convertido la crisis en una venganza personal en «Crisis impagados», la próxima novela de Petros Márkaris, que se publicará este año. «Está todo lo que ocurre ahora mismo en Grecia: el paro, las reforma de la jubilación, la rebaja de los salarios».
-¿Cómo repercute la crisis en su personaje?-Igual que en los demás. Su hijo no encuentra trabajo y su yerno tiene dificultades. Esta crisis era inimaginable hace diez años. Es política, no financiera o económica. La mayor parte del mundo está dirigido por políticos que no son políticos, sino contables. No tienen la valentía de tomar las medidas necesarias. Están planteando como solución que la gente viva con menos dinero y que sea más pobre. El sistema ya no funciona. -¿Por qué esta crisis es política?-Porque no existen ideas, porque no son pragmáticos. Porque no resuelven nada. Los políticos de ahora son conservadores. Sólo quieren mantener este sistema. Que las cosas sigan como están. Para la clase política actual cualquier cambio les parece un crimen.-El crimen se ha globalizado.-Hace 20 o 30 años, cuando se producía un crimen en Grecia, el delincuente era griego. Ahora es turco, yugoslavo... No hay griegos. El crimen se ha globalizado. Hay una organización que va de Asia y llega a los Balcanes. Es una espiral de dinero en la que está involucrado todo el mundo. En este crimen participan banqueros, sicarios y delincuentes. Es un flujo que necesita blanquearse y por eso está integrada tanta gente. Hoy, cuando el motor es el dinero, la participación en este negocio es fundamental.-¿Cuándo se ha producido el cambio en el crimen?-Cambió sobre todo a partir de 1989 con la caída de los países socialistas. Hay dos hechos que modifican la evolución de la novela negra. El asesinato de Olof Palme, que marcó el arranque del género negro en Suecia, y la caída de estas naciones, que globalizó el crimen en todo el mundo. Lo único positivo es que la novela negra actual cada vez es más social. -¿Cómo repercute en el género?-En la novela negra los malos acaban siendo castigados y eso conlleva una moral. Los policías que aparecen son un arma moral del mundo. Por eso tienen que ser buenos. El lector debe sentirse identificado con él, y da igual cómo lo presentes, aunque sea desagradable. La novela negra es popular y estos personajes deben tener la sensibilidad del pueblo. Encarnan aspectos positivos para la gente a los que se priva de razón y de voz. -Su detective lee siempre un diccionario.-(Risas). Es verdad. Para Jaritos lo importante no es el valor de las palabras, sino la interpretación. Lee el diccionario, pero casi nunca está de acuerdo con lo que significan.
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