Izquierda abertzale

Eguiguren el «aprovechalari»

El líder socialista utiliza las «buenas» intenciones de la izquierda proetarra para redimir su anterior fracaso.

Eguiguren se ha convertido en el centro del debate político
Eguiguren se ha convertido en el centro del debate políticolarazon

Aunque la palabra no esté en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, ni tampoco en el de la vasca, el término «aprovechalari» podría definir a los que se han subido al escenario de un «proceso de pacificación», deliberadamente confuso, en el que la llamada «izquierda abertzale» supuestamente se va a desmarcar de ETA o la va a convencer para que lo deje. A cambio, se les dejará presentarse a las elecciones.

La trampa, porque de eso se trata, le viene muy bien a algunos. Al presidente del Partido Socialista de Euskadi, Jesús Eguiguren, que no parece haber asumido el fracaso personal que supuso la ruptura del anterior «proceso». Algunos periodistas que apostaron entonces por el proyecto vuelven a secundarlo con fervor. Un «éxito» ahora les daría la razón ante la «historia» con minúscula, aunque fuera a costa de las víctimas y, a la larga, de más terrorismo. La «izquierda abertzale», según expertos consultados por este periódico, ha sabido jugar muy bien esta baza y ha conseguido que, pese a lo ocurrido en 2005-2006, Eguiguren «vuelva a caerse del caballo cegado por la luz de la paz de los pistoleros».

Los proetarras, que se han leído lo mucho que ha escrito el político vasco sobre este asunto, saben de sus debilidades y de obsesión por llevar a cabo sus proyectos. Le sedujeron a partir del 2000 y, ahora, ha ocurrido lo mismo. Todo lo que propone el brazo político de ETA, y que tanta credibilidad ha encontrado en Eguiguren y los que le secundan, son medidas reversibles. Tasio Erquicia, un personaje con largos años de militancia en la izquierda proetarra, lo explicaba con toda claridad hace unos días. «Hoy más que nunca hay razones para la lucha armada» (terrorismo), pero no les interesa, dice él, por las «condiciones objetivas y subjetivas». Y, ¿cuando cambien esas condiciones? Habrá muchos «aprovechalaris» subidos a un escenario en el que se va representar un drama.