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La Inteligencia británica ya avisó en agosto del creciente peligro radical

El Departamento de Estado norteamericano no ha descubierto nada que no se supiera en Europa. Simplemente se ha limitado a evaluar un riesgo ya conocido por los gobiernos del Viejo Continente desde este verano y a advertir a sus nacionales de que mantengan los ojos abiertos.

La Razón
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Primero, como informó LA RAZÓN, las autoridades de Reino Unido alertaron de que, en sus cárceles, algunos islamistas radicales podían estar reclutando a presos musulmanes para crean con ellos «células durmientes» que se activarían para cometer atentados en Europa. En septiembre, la alerta saltó al otro lado del Canal, cuando el Gobierno francés confirmó que se habían detectado planes para llevar a cabo ataques indiscriminados en lugares turísticos muy significativos, sobre todo en la capital gala (la Torre Eiffel ya ha sido evacuada dos veces en los últimos quince días por sendas falsas alarmas). Y la semana pasada se confirmó que los terroristas preparaban ataques coordinados –al estilo del perpetrado en Bombay en 2008– en Francia, Alemania y Reino Unido. Algo que ya advirtió el jefe del MI5 británico, Jonathan Evans, a finales del pasado mes de agosto: «Es sólo cuestión de tiempo» que Al Qaida cometa un atentado en Europa.