Nueva York

Nadal está como un rayo

El español, rápido e impecable, destroza a Roddick y está en semifinales, donde hoy le espera Murray / Por el otro lado, Djokovic contra Federer 

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Rafa Nadal está enfadado, junto a casi todos sus compañeros, con la organización del Abierto de Estados Unidos. Esta semana han tenido que salir a la pista para jugar quince minutos cuando era evidente que iba a llover; han jugado también con la pista semimojada, poniendo en peligro su salud; querían que disputaran un maratón de partidos para que el torneo acabara el domingo... «No se piensa en nosotros», explotó el número dos. Hubo amenaza de huelga y lograron pasar la final al lunes, lo que no quita que el calendario sea comprometido, agotador para los jugadores. Pero contra las apreturas, Rafa ha respondido con prisas, con un tenis de altos vuelos que le ha llevado a semifinales después de dos partidos impecables y por la vía rápida.

Es como si hubiera un Rafa anterior a la lluvia y uno posterior. Como si el agua hubiera dado paso a la bestia que el manacorense lleva dentro: el jueves reanudó el partido con Muller perdiendo 0-3 y lo acabó ganando 7-6, 6-1 y 6-2. Y que pase el siguiente. El siguiente fue Andy Roddick, ayer, en cuartos: 6-2, 6-1 y 6-3 en apenas una hora y 56 minutos. Hoy es el turno de las semifinales. Murray encara a Nadal (21:00, aprox, C+Deportes) en el peor momento, cuando el español ha cogido carrerilla y parece difícil de parar. Este año ya se han enfrentado en tres ocasiones, dos en tierra (Montecarlo y Roland Garros) y una en hierba (Wimbledon) y en todas ha vencido Rafa. Falta el cemento, superficie sobre la que se juega en Flushing Meadows. La otra semifinal enfrentará a Djokovic contra Federer (18:00, C+Deportes). Los cuatro mejores del mundo llegan hasta el final.

Roddick se mostró incapaz de hacer frente a Nadal, que ha olvidado los calambres que sufrió tras ganar a Nalbandián. Sus piernas están «vivas» y con ellas suple la falta de agresividad que le está faltando para llegar todas las bolas. Roddick intentó subir a la red, pero casi siempre lo hizo a la derecha del manacorense. Fue un suicidio. Sólo logró 12 puntos en 32 aproximaciones. Nadal comenzó el primer y el segundo set con un «break» y a partir de ahí jugó a sus anchas y sin ceder el saque en todo el partido.