Barcelona
El Govern explica hoy el mayor ajuste de la historia de unos Presupuestos
Llegó la hora del gran recorte. Después de varios meses intentando mentalizar a la sociedad de que la Generalitat no tiene otro remedio que ajustar drásticamente el gasto, el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, presentará hoy el proyecto de los Presupuestos para el año 2011.
Jamás la presentación de unas Cuentas de la Generalitat ha venido precedida de tanto ruido. Ruido porque en las últimas semanas se han sucedido las manifestaciones contra el tijeretazo en el sistema de bienestar y ruido porque todos los partidos de la oposición han advertido de que no piensan dar apoyo a unos Presupuestos por el simple hecho de que el Govern apele a su responsabilidad. Esto último es el principal problema para un gobierno en minoría.
Mas-Colell acudirá al Parlament a mediodía, donde entregará un lápiz de memoria con la información de las Cuentas a la presidenta de la Cámara catalana, Núria de Gispert. Luego, expondrá los números del proyecto a los grupos parlamentarios y, finalmente, los explicará a la opinión pública. El conseller ya ha avanzado que la Generalitat va a acometer una reducción presupuestaria del 10 por ciento, lo que significará una rebaja de unos 2.700 millones de euros respecto al ejercicio anterior. (Los Presupuestos de 2010 sumaron 29.217 millones).
Reducciones del 25 por ciento
El Govern insiste en que el recorte no será lineal, es decir, que no todos los departamentos se verán igualmente afectados. Con toda seguridad, la peor parte se la llevarán las obras públicas, ya que la conselleria de Territorio y Sostenibilidad verá reducido su presupuesto en torno a un 25 por ciento. (En 2010, sus recursos superaron los 1.300 millones). En términos porcentuales, el recorte será más severo en el departamento de Presidencia –tendrá un 30 por ciento menos de presupuesto–, pero su peso en las cuentas es escaso, ya que no alcanza ni el 0,5 por ciento del total. Los departamentos de Vicepresidencia, Economía, Agricultura y Cultura también experimentarán reducciones superiores al 10 por ciento.
No así, los de Salud (el que más recursos concentra), Bienestar Social y Educación. Todos ellos también sufrirán tijeretazos, pero con un máximo del 7 por ciento respecto a 2010. El Govern de CiU quiere demostrar así su compromiso con el sistema del bienestar. Mas-Colell quiso argumentarlo asegurando que el gasto social representará el 70 por ciento de los Presupuestos y destacando que este procentaje superará al del último ejercicio. Pero será difícil convencer con estas razones a la opsición, sobre todo a la izquierda catalana.
La oposición expresa sus críticas y sus condiciones
Convergència i Unió no tiene mayoría absoluta en el Parlament y, por tanto, necesita el apoyo o, cuanto menos, la abstención de alguno de los principales grupos de la oposición, pero todos piensan vender cara su piel. La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, puso tres requisitos para no oponerse al proyecto de Presupuestos. A saber, que el Govern cumpla con el objetivo de déficit (-1,3 por ciento), que los recortes no afecten a los «pilares del Estado del Bienestar» y que las Cuentas se orienten hacia la creación de empleo.
Los populares están dispuestos a negociar con el Govern de manera «responsable y constructiva», pero no piensan poner una alfombra roja a Artur Mas sin las correspondientes contrapartidas. El PP niega que la negociación de las Cuentas esté relacionada con los pactos postelectorales de las municipales, pero lo cierto es que podrían acabar teniendo algún tipo de incidencia. Quien también habló de los Presupuestos fue el primer secretario del PSC, José Montilla, cuya abstención es el gran objeto de deseo de CiU, cargó contra el Govern por pedir a la oposición que «aplauda, calle y acepte» los Presupuestos. Montilla se dirigió por carta a la militancia del PSC y se mostró abierto a estudiar el proyecto, pero no a asumirlo por asentimiento.
«La manera en que han gestionado sus relaciones parlamentarias apuntan a que quieren adhesiones, no colaboraciones corresponsables. Nosotros hemos ofrecido la mano al Govern, pero éste sólo pide que aplaudamos, callemos y aceptemos», criticó. El líder del PSC también censuró al Ejecutivo de Artur Mas por haber retrasado sus decisiones hasta después de las elecciones municipales y por haber impulsado la supresión del impuesto de sucesiones. Quien también se mostró beligerante fue ICV, que decididamente votará en contra. En cambio, ERC no cerró la puerta a abstenerse en los Presupuestos, aunque criticó que el Govern no haya querido negociar hasta ahora. ERC también critica el tema de las sucesiones.
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