Cristianismo
El forense Miguel Llorente asegura que Jesús sobrevivió a la crucifixión
Jesucristo sobrevivió a la crucifixión, aunque vivió con graves secuelas, y lideró la expansión del cristianismo junto a sus apóstoles, defiende el forense Miguel Lorente en "La mano del predicador"(Aguilar), en el que realiza un análisis científico de sus lesiones para apoyar esta tesis.
El médico forense y especialista en Medicina Legal, que actualmente es el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, basa su investigación en el análisis del primer retrato de Jesús "El Pantocrátor del Sinaí", en el que aparece con la mano derecha en signo de bendición, con los dedos índice y corazón semiflexionados."Es difícil que esa imagen en conjunto que representa a Jesús con una serie de secuelas, haya podido ser inventada por un autor varios siglos después, sin haber tenido una referencia directa de cómo estaba después de la supervivencia, porque no presenta lesiones recientes, sino antiguas", explica.Entre ellas, cita varias secuelas de la crucifixión como la mano del predicador, cicatrices que aparecen en la Sábana Santa con la que se le cubrió en el sepulcro y la ausencia de clavos en las manos.Para Lorente, el pintor de este cuadro, datado entre los siglos IV y VI, "tiene una imagen vinculada a las lesiones, porque alguien o algo le trasmitió esa idea, porque sería muy difícil que se hubiera inventado ese gesto"causado por la crucifixión, "tuvo que haber una transmisión directa de lo que era Jesús en ese periodo".Recuerda que el lienzo apareció en un monasterio sagrado para las tres religiones -judaísmo, islamismo y cristianismo- y que podrían seguir allí estas referencias."Hay elementos objetivos que indican la supervivencia de Jesús, en la Sábana Santa o en el arte, con la forma peculiar de presentar un gesto que ha permanecido a lo largo del tiempo, tanto en el arte como en la liturgia", señala.Con su anterior libro "42 días. Análisis forense de la crucifixión y la resurrección de Jesucristo", Lorente sorprendió con la teoría de que Jesús no murió en la cruz ni resucitó. Plantea que recuperó su mecanismo respiratorio, volviendo a la vida en un proceso de "resucitación biológica".Por ahí empieza este nuevo libro, por las horas posteriores a la crucifixión y por el análisis de ese periodo, que coincidió con la expansión del cristianismo, hasta que finalmente murió, probablemente rodeado de sus discípulos, que despidieron a un hombre "doblado por las secuelas y los problemas que había padecido durante ese tiempo"."Pudo durar años, pero como forense, no encuentro un dato que me diga cuántos, pero es verdad que tuvo una vida repleta de secuelas, difícilmente podría andar o moverse con facilidad, tendría dificultades respiratorias por las secuelas del lanzazo, pero podía tener toda la brillantez y trascendencia de la figura de Jesús", explica.El autor no quiere provocar un enfrentamiento con la Iglesia católica, de una religión con la que dice que se identifica, sino mostrar evidencias que por su formación de forense puede percibir."Llego a conclusiones que pueden ser debatidas científicamente, pero en ningún caso buscan el ataque ni cuestionar nada, el tono del libro es ese, yo lo que hago es compartirlo para que se integre en un contexto más amplio", asegura Lorente, quien opina que "si todo esto es producto de un milagro, pues perfecto, no voy a cuestionar nada".Con el libro, Lorente quiere hacer públicas sus tesis, "pero no con el ánimo de modificar los grandes dogmas, sino con el ánimo de hacer una creencia algo más cercana y más humana"."El hecho de que Jesús pudiera sobrevivir a la crucifixión, de que pudiera tener una influencia posterior, pudo ser un milagro, pero quiero marcar la diferencia clara entre los planos de la creencia y de la ciencia; habitualmente se juega con los dos y se intenta demostrar con la ciencia que la creencia no existe o al contrario, basar la creencia en lo que la ciencia no puede demostrar. No son planos que sean paralelos o que estén al mismo nivel", reflexiona.
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