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El nuevo equipo de Gobierno corta el diálogo con el PP sobre ETA

La ruptura coincide con el nuevo papel de Rubalcaba y las expectativas sobre el fin de la banda. Basagoiti: «ETA debe estar en cuarentena 4 años»

Aznar y Rajoy mostraron ayer su conexión en la lucha contra el terrorismo
Aznar y Rajoy mostraron ayer su conexión en la lucha contra el terrorismolarazon

MADRID- Todo ha ido sobre ruedas en la comunicación entre Gobierno y Partido Popular, dentro del Pacto Antiterrorista, en esta Legislatura. Todo ha funcionado bien hasta ahora, mejor dicho, ya que por primera vez Génova se queja y dice que se siente «incómoda» con la situación.

El motivo es que desde que se cuajó el cambio ministerial que ha colocado a Alfredo Pérez Rubalcaba en el centro del poder, y a la banda terrorista ETA en el centro de la agenda política, el vicepresidente, ministro del Interior y portavoz no ha trasladado ninguna nueva información al PP ni sobre la política antiterrorista ni sobre los supuestos movimientos que se están produciendo en el seno de la banda o en su entorno político, según manifestaron fuentes de la dirección popular.

Hasta ahora la comunicación entre Interior y el PP, a través del canal Rubalcaba-Federico Trillo, coordinador de Libertades Públicas y Justicia de los populares, ha sido muy fluida. Génova ha tenido información previa de operaciones antiterroristas; y periódica, aunque no previa, de la política penitenciaria. También ha estado al tanto de las actuaciones jurídicas contra ETA y su entorno. De hecho, Mariano Rajoy confirmaba a finales de septiembre, en una entrevista en este periódico, su plena satisfacción con la información que le estaba trasladando el Gobierno sobre ETA.

Pero esa fluidez se ha interrumpido, al menos hasta el día de hoy, coincidiendo con la irrupción en escena de elementos que pueden interpretarse como el principio de una reubicación del PSOE y cuando, además, ha empezado a crecer la bola de nieve del optimismo ambiental. Es decir, el parón coincide, curiosamente, con unas semanas en las que se han disparado las especulaciones y las expectativas acerca del inminente final de ETA. Y no por casualidad, sino por un rosario de declaraciones socialistas con valoraciones positivas sobre una Batasuna que todavía ni ha condenado el terrorismo ni ha roto con la banda.

El silencio del que se quejan en Génova se extiende también al canal que mantienen abierto el lendakari, Patxi López, y su consejero Rodolfo Ares con el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti. Precisamente, Basagoiti defendió ayer que aunque ETA declare una tregua, desaparezca o se disuelva, se la ponga en «cuarentena» al menos cuatro años para confirmar «si es verdad que apuestan por el Estado de Derecho». «Aunque diga misa, no debe presentarse a las municipales», defendió en un encuentro organizado por la revista «Vanity Fair».
 
De momento, Basagoiti marca líneas rojas que si se superan, y Batasuna está en las instituciones tras las elecciones municipales, tendrán consecuencia en su apoyo a López. El PP vasco no se moverá un ápice de su exigente posición, ni siquiera aunque se confirme ese comunicado de final de la banda que anticipa el Gobierno. «Si a ETA le salen gratis sus asesinatos, en un tiempo habrá una escisión y volverán a las andadas», dicen.


El lío del tercer comunicado de la banda
- El Gobierno da por descontada la inminencia de un tercer comunicado de la organización terrorista. En esta nueva declaración la banda etarra dará un paso más y renunciará definitivamente a la violencia. De esta manera, allanará el camino a Batasuna para concurrir a las elecciones municipales de mayo próximo. Pese su firme convencimiento de que esta «hoja de ruta» se cumplirá, ayer se vivieron momentos de cierta confusión. El Ejecutivo desmintió que hubiera trasladado a dirigentes de partidos políticos que espere este comunicado. No obstante, no negó que lo esté esperando. Incluso el nuevo ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, ha dejado la puerta abierta a que este suceso ocurra a finales de éste o principios del próximo ejercicio.