Bruselas

El cine busca su sitio en internet

Se acaba el tiempo para alumbrar la oferta legal de cine en la red. Avanzamos los principales puntos de discusión de la industria española para hacer frente a la invasión extranjera que llegará en los próximos meses.

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«Internet no es el futuro, es el presente de nuestro cine». Las palabras de Álex de la Iglesia durante la ceremonia de los Goya resuenan como una letanía en estos tiempos en que los diversos estratos de la industria negocian contrarreloj la fórmula para ganar dinero en la red por los contenidos audiovisuales una vez que la «Ley Antipiratería» entre en vigor. Ahora mismo hay mucha más incertidumbres que certezas, como quedó claro en el simposi o sobre el asunto que convocó la Fundación Icdea (Instituto del Conocimiento, la Digitalización y el Emprendedor Audiovisual) ) en la Academia de Cine de Madrid esta semana. LA RAZÓN ha demandado la opinión de los agentes implicados para saber cuáles son las principales incógnitas y líneas de actuación.

Que vienen los americanos
El principal temor es que ocurra con internet lo mismo que con la distribución en salas: que se imponga la ley de los americanos. Así que parece necesaria una gran coalición en la que intervengan productores, distribuidores, exhibidores, y, si es posible, también alguno de los grandes operadores de telefonía, aunque por el momento no hay mucha predisposición. «Podemos liderar desde España una plataforma suficientemente importante de contenidos digitales como para no tener que esperar a que vengan de fuera y se nos instalen aquí», asegura el presidente de los productores audiovisuales, Pedro Pérez. De hecho, la patronal estudia plantear en Bruselas una legislación que impida la compra en exclusiva de los derechos de las películas para internet. Ya se está dando la circunstancia de que para lograr la distribución internacional de la película hay que firmar esta claúsula. «Internet es la tienda, imponer algo así es como si El Corte Inglés pidiera exclusividad a la hora de vender las marcas de otro», asegura Pancho Vidal, vicepresidente de la patronal de productores.

Plataformas
Aunque ya existe oferta legal española en internet, a través de portales como Filmin, Filmotech y otras opciones similares, se buscan proyectos con mayor ambición y con un catálogo más actual. Se mira el ejemplo del sueco Voddler, que sigue una filosofía similar a la de Spotify con la música, y se teme las opciones americanas como Netflix, Hulu o Ultraviolet (que agrupa a Fox, Paramount, Sony, Universal y Warner). «Si Netflix o alguna similar no se ha instalado aquí es por el nivel de "piratería"que sufrimos», es el pensamiento generalizado entre los hombres del cine. Aunque se han dado pocas señales en este sentido, ya se sabe que Yelmocineplex prepara un gran portal que estará disponible desde España, y Voddler empieza en breve con su versión beta en nuestro país. Aunque son conscientes de que desarrollar la oferta legal en internet es la estrategia de negocio a seguir, los productores tampoco creen que sea el remedio contra todos los males de nuestra cinematografía: «La solución del cine español no es internet, sino la internacionalización de las películas», asegura Pancho Casal. Tampoco olvidan, aunque los asumen, el riesgo de que la oferta legal facilite la «piratería». «Cuando estrenamos "Pa negre"en Filmin denunciamos la subida a la red de 5.000 archivos ilegales la cinta en sólo 15 días», denuncia Juan Carlos Tous, fundador del portal.

Modelo de pago
En este aspecto, los gurús del séptimo arte se miran en el espejo de la música. Existen modelos Premium, es decir, plataformas en las que es necesario pagar una cuota para acceder al contenido, y también Freemiun, como Spotify, que tienen parte del contenido disponible de forma gratuita, pero a cambio de recibir publicidad, y otra, solamente de pago. Joaquín Guzmán, propietario de Rockolafm, un portal de distribución de música, advierte de que ofrecer paquetes con múltiples películas no será la panacea, pues la gente «solamente paga por lo que considera importante». Pone dos ejemplos: el fútbol en la televisión de pago (pues los taquillazos sólo se producen con el Madrid-Barça y acontecimientos similares); y el fenecido iPod: «Apple detectó que sólo se usaba el 10 por ciento de la música almacenada allí, así que investigó sistemas para aprovechar ese fondo», aporta Guzmán. Desde la Asociación de Usuarios, Alejandro Perales recuerda que «no hay modelos gratuitos en internet, los usuarios siempre pagan», en alusión a las altas tarifas que soportamos en España para tener acceso al ADSL. Sea cual sea la opción, los usuarios piden una fácil «accesibilidad» y también «amigabilidad» técnica, es decir, que el proceso de registro y login sea simple y rápido.

La fecha de estreno en la red
Aquí el debate se encona extremadamente, pues hay quien piensa que, debido al alto índice de la «piratería», el público español se ha acostumbrado a ver en el PC las mismas películas que se proyectan en salas, cuando la secuencia lógica del mercado es que los filmes llegaran al DVD meses más tarde de su estreno comercial, después a la televisión de pago y luego la generalista. «No podemos negar a la gente que vea las cosas donde prefiera. La industria deberá adaptarse como se adaptó con el vídeo en los años ochenta. También entonces se auguraba el final del negocio. Hoy no habrá beneficios, pero sí en el futuro inmediato», asegura Juan Carlos Tous, fundador de Filmin. Frente a él, hay una opinión mayoritaria que asegura que «no se puede matar una ventana –la de las salas– que aporta 700 millones de euros anuales por otra –internet– que, de momento, no aporta nada». Hay quien apuesta porque las películas minoritarias, sin distribución nacional, tengan estrenos simultáneos, mientras que los «blockbuster» esperan unas semanas a que su explotación en las salas haya finalizado. Mientras, hay otros que prefieren poner un precio mucho mayor, en torno a treinta euros, para aquellos que quieran ver los grandes filmes en su casa el mismo viernes de su «première». Aunque la cantidad es alta se puede disfrutar de forma colectiva (en familia, con amigos) y se evitan los gastos complementarios de desplazarse a la sala (transporte, palomitas, cena...). Sea como fuere, parece que habrá que esperar a después del verano para comprobar cómo se materializa la solución a este debate, un tema que, durante los últimos meses, ocupa todas las agendas de los protagonistas de la industria del cine.

El modelo actual: visionado sin descarga gratuito y de pago
Voddler, Netflix, Ultraviolet, Hulu... las plataformas extranjeras que la industria de nuestro país teme que se lleven la parte del pastel que supone el cine español preparan su desembarco aquí. Pero no son las únicas. Patricia Cambra, una mujer con muchos años de experiencia en la producción, ultima los detalles de una web centrada en el cine español: «La idea es poner las películas en internet cuando ya no funcionen en las salas o se caigan de la cartelera, algo que, en el caso de nuestras películas, suele ocurrir dos o tres semanas después de aparecer en el cine», explica Cambra. La productora incide en que es un modelos compatible con la ventana tradicional: «No queremos entrar en conflicto con los distribuidores ni con los exhibidores. La ventana de las salas debe seguir existiendo», añade.

Aunque todavía quedan por definir algunos detalles, como el precio, del que dice que será «asequible», sí tiene claro el el formato en el que se verán los filmes: «Sin duda, en "streaming". Colgar los archivos para su descarga no hace sino facilitar la "piratería"», subraya. Este portal, que ya está registrado como cinestreno.com comenzará, según su fundadora, con una versión beta el 30 de junio, «y pretendemos que en septiembre esté en pleno funcionamiento». Hasta ese momento, la labor principal de la empresaria será convencer a los productores y distribuidores españoles para que sus películas lleguen a internet poco tiempo después que a las salas. Que esto se produzca antes o después dependerá, según Cambra, de su vida comercial en la gran pantalla.

A falta de que se desarrollen todos los proyectos de cine en internet, en la actualidad existen ocho plataformas que dan este servicio en España. Además de Filmin y Filmotech, probablemente las dos más populares entre los usuarios, Cineclick, Wuaki, iTunes, Mubi, Pixbox y ADNStream operan en nuestro país. Todas excepto iTunes ofrecen las películas en «streaming» gratuito (normalmente con publicidad) y de pago. En el caso del portal de Apple se realiza a través de descarga directa. En la mayoría de los casos, las novedades son más caras, aunque cada vez se extiende más la oferta de tarifa plana. Es todavía muy precipitado predecir cómo será el mapa de la oferta legal de cine en internet en España, pero si atendemos a la existente, es muy probable que sea un modelo mixto en «streaming» gratuito y de pago. La descarga de archivos estaría, por tanto, en sus últimos meses de vida, informa Laura Seoane.

El detalle. ¿Una puerta al mercado exterior?
Todo cambio genera miedos, pero desde Fapae consideran que es una oportunidad para la internacionalización de nuestro cine. Creen que si no hemos llegado con más fuerza a la cartelera de países hispanohablantes como Argentina ha sido porque las condiciones de distribución en los últimos tiempos han sido muy favorables para los norteamericanos, cosa que no ocurría en los 50 y 60. Si internet logra vencer la preponderancia estadounidense esta situación podría revertirse. Casal asegura que «hay veinte o treinta películas cada año susceptibles de ser un éxito mundial». Un buen ejemplo de película españolas con proyección internacional, en especial en Lationamérica, es «Tres metros sobre el cielo» (en la imagen), que se convertirá en España en el primer gran lanzamiento en internet simultáneo al vídeo, según ha anunciado Warner.