«Deses-parados» por Valentín Bote

Hace tan sólo dos días, al conocerse los últimos datos de la EPA, recibimos la triste noticia de que, finalmente, los cinco millones de desempleados son ya una realidad en España. Aunque todos los analistas sensatos e institutos de predicción auguraban la llegada de este momento, resulta sobrecogedor conocer que en España volvemos a cruzar una barrera hasta ahora desconocida en materia de desempleo.

No sólo se ha vuelto a batir un macabro récord de desempleo. También la cifra de parados de larga duración –aquellos que se encuentran en búsqueda activa de empleo durante un año o más tiempo– ha alcanzado un nivel nunca conocido en la historia. Casi la mitad de los parados en España se encuentran desempleadas desde al menos un año de manera ininterrumpida. Por prolongar el estremecimiento, 1.245.900 personas, llevan así más dos años.

La situación de los parados de larga duración puede ser muy dispar, por lo que generalizar es siempre un ejercicio demasiado audaz. Pero es bien conocido el ciclo perverso por el cual un parado de larga duración pierde progresivamente el capital humano más aprovechable por el mercado de trabajo, por lo que a partir de cierto momento su inserción laboral resulta muy problemática. Además, si a este factor se añade el ser un trabajador con una edad relativamente madura, la combinación resulta letal para el desempleado.

Desde el inicio de la crisis, el Gobierno de la Nación ha sido gravemente irresponsable en materia laboral, con la interesada complicidad, no lo olvidemos, de los sindicatos. Primero negando la crisis, y luego defendiendo sin ninguna base que lo peor de la misma ya había pasado, como excusa para evitar acometer una reforma laboral profunda en nuestro mercado de trabajo. Y esto ha tenido muchas consecuencias.

Por ejemplo, ha provocado el afloramiento de un fenómeno que, ya estaba olvidado: el desempleo juvenil de larga duración. Y es que de los más de dos millones de parados de larga duración en España, casi el 15%, 358.300, son jóvenes menores de 25 años, de los cuales 141.600 llevan buscando trabajo más de dos años.

El desempleo juvenil de larga duración es especialmente grave, porque además de degradarse su capital humano –un capital que con frecuencia es además «defectuoso»: no hay que olvidar el 30 por 100 de fracaso escolar imperante en España– carecen de una experiencia profesional previa que poder hacer valer en el mercado.

El Gobierno socialista ha dejado a una generación completa de jóvenes españoles a los pies de los caballos. Y Rubalcaba, vicepresidente hasta hace un suspiro, tiene su cuota de responsabilidad.

Valentín Bote
Profesor de Teoría Económica de la UAM

Borja
Publicista
«Lo de Zapatero no tiene nombre»
Borja es publicista y lleva dos años en situación de desempleo. Tiene 27 años y critica la gestión del actual Gobierno en materia de empleo. «Lo de Zapatero no tiene nombre», destaca.

Julia
Camarera
«Vivo con 400 euros mensuales»
Julia era camarera hasta que la despidieron, hace más de un año. Tiene 47 y pocas esperanzas de encontrar empleo. «Tengo un marido minusválido y vivo con 400 euros mensuales», denuncia.

Andrea
Teleoperadora
«Están jugando con nuestras ilusiones»
Andrea es húngara, tiene 28 años y lleva un año y tres meses en paro. «Están jugando con nuestras ilusiones, queremos trabajar y no podemos». Los inmigrantes también expresan su malestar.

Ignacio
Informático
«Auditorías en los entes públicos»
Ignacio es ingeniero informático, tiene 34 años y experiencia en el sector. Lleva un año parado y propone una solución para el desempleo: «Auditorías en los organismos públicos», señala.

Maribel
Dependienta de un comercio
«Nunca me vi en una igual»
Maribel tiene 50 años y es viuda, trabajaba en un comercio y la despidieron en 2007. No puede afrontar el pago de la hipoteca y asegura que «nunca se vio en una igual».

Jesús
Técnico de electrónica
«Antes saltaba de trabajo en trabajo»
Con 33 años, Jesús acumula dos en situación de desempleo y ya no cobra subsidio. «Antes saltaba de trabajo en trabajo, siempre me recolocaba. Encontraba algo rápido y en condiciones», asegura.