Barcelona

Juego limpio

La Razón
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AContador le silban en Francia, dónde si no, y a Villar, que por fin ha tocado el oro de Suráfrica, le rinde honores el fútbol en España. Presidirá la Federación hasta que se harte o hasta que o Blatter o Platini le hagan un guiño para sucederles al frente de la FIFA o de la UEFA. No los va a puentear, afirma. Es directivo fiel, amarrado de por vida al gratificante banco futbolístico, una suerte de paraíso. El ciclista ha hecho las paces con Andy Schleck después de disculparse. ¿Perdón, por qué? En el ciclismo de las tres semanas el juego limpio al ciento por ciento no existe, es imposible, una utopía. Compite con ventaja aquel que soporta más horas de entrenamiento, el que se rodea del mejor equipo, el que es superior y, por encima de todo y de todos, el tramposo. Contador es muy bueno, fabuloso; pero no es un filibustero. ¿Por qué, perdón? En la Liga compiten en desventaja todos los equipos que no tienen los ceros del Barcelona y del Madrid. Juegan otro campeonato y rellenan el calendario de los grandísimos. Sólo la Copa del Rey admite sorpresas cuando los «big two» se amodorran o cuando llega un soplo de aire fresco desde Nobelda o Alcorcón. Lo demás son milongas, como el «fair play» que predica la FIFA con diáconos como Howard Webb. No estaría mal que Villar, presidente del Comité Técnico de Árbitros de Blatter, exigiera un poquito de respeto para la selección española. En este caso pedir perdón estaría plenamente justificado.